
La planta de Bayer en La Felguera (Langreo, Asturias) es un ejemplo de adaptación a los tiempos que corren. La fábrica, que nació y creció en el corazón de la cuenca minera asturiana y al abrigo del carbón, avanza ahora de forma decidida en la descarbonización de su producción. De hecho, el ácido acetilsalicílico, cuya síntesis para todo el mundo Bayer concentró en Asturias, es el primer producto de la compañía con huella de carbono certificada.
Una de las estrategias claras de la compañía Bayer, que acaba de celebrar sus 125 años en España con una serie de eventos conmemorativos en su planta de La Felguera, es la apuesta por una industria sostenible. En los discursos de los directivos de la compañía que intervinieron en los actos de celebración la palabra sostenibilidad ha sido una de las más repetidas.
Uno de los hitos conseguidos en esta materia ha sido la reciente obtención de la certificación que valida su metodología para la medición de la Huella de Carbono de Producto (PCF, por sus siglas en inglés), bajo el estándar internacional ISO 14067 y en línea con los estándares internacionales para el cálculo de la huella de carbono, una validación pionera que sienta las bases para avanzar en la trazabilidad del dato y la descarbonización, según explica Jorge Álvarez, director de la planta de Bayer en Asturias.
Análisis certificado de huella de carbono de la cardioaspirinaLa cardioaspirina es el primer fármaco de Bayer con un análisis certificado de su huella de carbono a lo largo de toda su cadena de valor. La fábrica asturiana, con una trayectoria de más de 80 años de evolución y desarrollo constantes, ha liderado el proceso para la consecución de esta certificación. Y es que el modelo se ha testado sobre una de las presentaciones más comunes de su popular ácido acetilsalicílico, principio activo que Bayer produce desde Asturias para todo el mundo.
Esta validación pionera para la medición de la huella de carbono de un producto combina los datos de todas las emisiones de gases de efecto invernadero en equivalentes de dióxido de carbono (CO2e) generadas a lo largo de la producción de un producto, incluyendo tanto las emisiones directas (las generadas dentro del proceso de producción) como las indirectas (las generadas por actividades anteriores de la producción, como el transporte o los materiales adquiridos) y hasta que el producto sale de la planta.
Esto significa que es posible ya medir el impacto en emisiones de la producción de cada aspirina, "desde que aquí, por ejemplo, en Asturias iniciamos la compra de materias primas para la síntesis y todo el proceso de elaboración del ácido acetilsalicílico, hasta que el producto se envasa en otras plantas en las cajas finales para la venta y llega a los puntos de dispensación", ha explicado Jorge Álvarez.
Aspirina verde y descarbonizadaY una vez que se puede medir esa huella de carbono el otro reto es su reducción. El resultado es una aspirina cada vez más verde y descarbonizada. En su estrategia de sostenibilidad la planta de Bayer en Asturias ha conseguido ya que el 100% de la energía eléctrica que consume proceda de fuentes renovables. Para ello ha sido clave el acuerdo de la multinacional con Iberdrola y la utilización de los paneles fotovoltaicos que la eléctrica posee en Extremadura.
Bayer invertirá 3,7 millones en su planta asturiana de La Felguera, Bayer fortalece su actividad de I+D desde Barcelona, Bayer destinó en 2023 casi 87 millones de euros a sus centros españoles de terapias avanzadas Más economía circularAdemás de participar en iniciativas globales de mejora, la fábrica de La Felguera ha sido impulsora de proyectos propios que cont La cardioaspirina es el primer fármaco con análisis certificado de su huella de carbono. El centro de La Felguera ha reducido sus emisiones directas en más de un 52% desde 2019. Off Covadonga Díaz Industria Farmacéutica Empresas Off