PolÃtica y Normativa
soledadvalle
Jue, 18/03/2021 - 08:00
Haciendo memoria

Juan José RodrÃguez SendÃn, Carlos Barra y Antonio Pujol de Castro, en el Gran Anfiteatro del Colegio de Médicos de Madrid.
La ley orgánica se ha tramitado en un tiempo récord para lo que nos tienen acostumbrados nuestros parlamentarios. Con un intenso debate polÃtico y una cuestión meridianamente clara: la imprescindible implicación de los profesionales sanitarios en la aplicación de la eutanasia -que es presentada como un nuevo derecho-. Sin médicos o enfermeros -en plural- con voluntad de llevar a cabo esta nueva asistencia, que se recogerá en la cartera de servicios, hay poco que hacer.
Esa fue la realidad desde el comienzo de la tramitación de esta ley, defendida por el PSOE, que fue más allá de una simple despenalización de la eutanasia, detallando todo un procedimiento para solicitar y llevar a cabo la muerte de un paciente que, de partida, ya tiene que cumplir una serie de requisitos.Â
En definitiva, la directa interpelación de la ley a las profesiones sanitarias nos ha llevado, como medio especializado en salud, a escuchar las voces de los sanitarios y de sus órganos de representación profesional. Con este objetivo hace una año propusimos un debate sobre esta cuestión, intentando explicar cómo se habÃa llegado a tener una propuesta de ley de eutanasia en el Congreso.Â
Mientras el Congreso de los Diputados afronta la última votación de esta regulación, nos ha parecido apropiado recordar ese reportaje, que se gestó un mes y medio antes de la declaración de la pandemia.
Un salto a enero de 2020, prepandemia
Es un tema de la sociedad, no de la profesión médica. Esta ha sido la respuesta más utilizada por los representantes de la profesión cuando se les ha preguntado por la eutanasia. Su batalla era y es otra: una ley nacional de cuidados paliativos. AsÃ, cuando se les obligaba a tomar partido, ofrecÃan un contundente rechazo. “El 70% de los médicos estarÃan en contra de la eutanasiaâ€, dato que dio SerafÃn Romero, presidente de la Organización Médica Colegial (OMC) en unas declaraciones a Diario Médico en octubre de 2018. El porcentaje surge de una encuesta que hizo la OMC en 2010 entre los colegiados.
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Entonces, los profesionales seguÃan concentrando sus esfuerzos en sacar adelante una ley nacional de muerte digna que asomaba de color naranja en el Congreso de los Diputados, el color del partido polÃtico que lideró la propuesta, Ciudadanos. Pero, de la noche a la mañana, todo cambió. Dos proposiciones de ley para regular y aprobar la eutanasia fueron respaldadas por la Cámara Baja. La moción de censura al Gobierno de Mariano Rajoy dejó el proyecto de ley de Derechos y GarantÃas de la Dignidad de la Persona (la ley nacional de paliativos) a las puertas de aprobarse. De modo que paliativos y eutanasia volvieron a la casilla de salida del trámite legislativo. Pero el panorama habÃa dado un giro de 180 grados.
Paliativos y eutanasia volvieron a la casilla de salida del trámite legislativo. Pero el panorama habÃa dado un giro de 180 grados
Desde ese momento, la despenalización de la eutanasia entró en el debate social y polÃtico en el que continúa. A la profesión médica le pilló con el pie cambiado. El pasado 11 de febrero, el Congreso de los Diputados dio su respaldo mayoritario a la proposición de la regulación de la eutanasia presentada por el PSOE. Un dÃa antes, Ciudadanos y el Partido Popular registraron sus leyes nacionales de cuidados paliativos en el Congreso.
En las once páginas que tiene la proposición de despenalización del grupo socialista, la palabra “médico†aparece 41 veces. Los facultativos son imprescindibles para llevar a cabo esta práctica. Lo que hace pertinente conocer cuál es su postura. Pues bien, de acuerdo con las encuestas realizadas por cuatro colegios de médicos a lo largo de 2019 y finales de 2018 -las corporaciones de Las Palmas de Gran Canaria, Madrid, Tarragona y Vizcaya-, la opinión mayoritaria de los facultativos también habrÃa dado un giro de 180 grados, desde esa encuesta de 2010 a la que hacÃa referencia el presidente de la OMC.
Los cuatro colegios donde se ha realizado la encuesta suman 63.570 colegiados, un 24,3% de todos los médicos de España
En Madrid, el 69,25% de una muestra aleatoria de 1.044 médicos respondió que deberÃa regularse la eutanasia por ley “con toda seguridad†y un 17,24% marcó un “sÃ, pero no estoy totalmente seguroâ€. En Las Palmas de Gran Canaria estos porcentajes fueron del 68% y el 13%; en Tarragona, del 76% y el 15%, y en Vizcaya, del 67% y el 19%, respectivamente.
Los cuatro colegios donde se ha realizado la encuesta suman 63.570 colegiados, un 24,3% de todos los médicos de España. ¿Es un dato suficiente para decir que la despenalización tiene un respaldo mayoritario en este colectivo? ¿Cómo ha podido cambiar la profesión de una manera tan radical en 10 años? ¿Cómo interpretar estos porcentajes?

Debate eutanasia en el Colegio de Madrid.
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Estas preguntas fueron el punto de partida del debate organizado por Diario Médico con el objetivo de analizar los resultados de las encuestas. Convocamos a cuatro médicos, que entendÃamos representaban a la profesión desde distintas responsabilidades.
Metidos en harina
Antonio Pujol de Castro, presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM);Carlos Barra, miembro de la Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD), y Juan José RodrÃguez SendÃn, presidente de la Comisión Central de DeontologÃa de la OMC. La cita fue en el Gran Anfiteatro de el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem), el pasado14 de enero. Julio Boceta, experto en cuidados paliativos domiciliarios y coordinador del grupo de Bioética de la Sociedad Española del Dolor (SED), fue el cuarto convocado, que envió sus opiniones por escrito.
Metidos ya en harina. A RodrÃguez SendÃn no le ha “sorprendido absolutamente nada el resultado de los cuatro colegios†y dice más: “Si seguimos haciendo esta encuesta en el resto de los colegios dará un resultado similarâ€. Reconoce que en las últimas convenciones bianuales, que convoca la Organización Médica Colegial (OMC) con los representantes de la profesión, ya se constataba “que se estaba produciendo un cambioâ€. ¿El motivo? “El miedo que tiene la sociedad y la profesión a esas situaciones concretasâ€, dice.

Antonio Pujol de Castro, presidente de la CEEM.
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Pero, ¿eran necesarias estas consultas? SÃ, según Pujol de Castro: “El médico forma parte de la sociedad y estamos ante una situación en la que la sociedad tiene unas reivindicaciones y la Medicina está involucrada. La labor de los colegios de médicos y las organizaciones, como la que represento, es recoger, a través de encuestas, cuál es la opinión de los profesionalesâ€.
Barra, amigo personal del fallecido Julio Montes, -juzgado por practicar la eutanasia a 400 enfermos en un caso que terminó archivándose- y uno de los asesores del proyecto de ley de despenalización que se está tramitando en el Congreso, opina: “La evolución social ha hecho que cada vez más médicos digan que hay que regularlo. No dicen nada más que eso: que hay que regularlo. Y creo que es un signo más de que los médicos estamos dentro del modelo social en que vivimos; que asumimos los cambios y que somos personas que hemos tratado con enfermos, que hemos visto la demanda de los pacientes y no somos insensibles a elloâ€.
Fuera del debate, Boceta da una visión muy distinta y cuestiona la representatividad de estos porcentajes. “Da la impresión de que contestan muchos médicos de especialidades que no ven pacientes con enfermedades avanzadas y terminales [...] cuya opinión podrÃa considerarse similar a la de la población general [...] A medida que los profesionales tienen más contacto en su especialidad con el manejo del sufrimiento al final de la vida, menos proclives son a regular la eutanasiaâ€.
En los detalles de la encuesta que ha realizado el Icomem, de los 1.044 médicos de la muestra, dos eran geriatras frente a los 10 especialistas en Medicina FÃsica y Rehabilitación.

Carlos Barra, miembro de la asociación DMD.
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¿Quién lo hace? Los que reconocen ser partidarios de regularla, ¿estarÃan dispuestos a hacerla? En Madrid, el 25% de los encuestados reconocen que solicitarÃan la objeción de conciencia “con toda seguridad†y un 13% cree que pedirÃa objetar, “pero no está totalmente seguroâ€. Estos porcentajes en Vizcaya son del 19% y el 9%; en Tarragona, del 15% y el 16%, y en Las Palmas de Gran Canaria se declaran objetores con toda seguridad el 21% y con dudas el 7%.
El presidente de la Central de DeontologÃa pone en evidencia que “es compatible ser objetor y pedir que se regule la eutanasiaâ€. Y advierte del reto que tiene la futura norma y su puesta en marcha: “Hay que hacer compatibles las posiciones de la profesión a objetar y defender la vida con el derecho de los pacientes y su autonomÃa. Esa cuestión hay que resolverla con sentido común, porque una cosa es defender la vida, cuando hay vida, y otra cuando hay más sufrimiento que vida. Aunque el que lo quiera mezclar, lo va a hacer... En todo caso, es importante que todo el mundo tenga claro el derecho de los pacientes cuando él es objetorâ€.

Juan José RodrÃguez SendÃn, de la Central de DeontologÃa de la OMC.
Respetar el derecho del enfermo a solicitar la eutanasia en las circunstancias que establezca la posible y futura ley es algo que no debe peligrar por el derecho del médico a ser objetor. En esa idea coinciden el representante de los estudiantes de Medicina y el miembro de DMD. Pujol de Castro dice: “La objeción es un derecho innegable del médico, pero eso no le permite abandonar al paciente. Debe acompañarle hacia otros facultativos que sà puedan atender a su deseoâ€.
También apunta un gran hueco en la formación de los futuros profesionales: “En un proceso terminal sentimos que tenemos carencias de formación incluso para el manejo de nuestras propias emocionesâ€. Barra añade que “la objeción de conciencia no se puede convertir en un derecho de boicot†y, con la actual Ley del Aborto en mente, añade que si las encuestas sitúan en torno al 30% el número potencial de objetores, “no hay peligro de que en el otro 70% no vaya a haber suficientes médicos para poder atender a la demanda de esta práctica en cualquier comunidadâ€.
En definitiva, en la objeción de conciencia se encuentra el punto de conciliación de las distintas posturas sobre la eutanasia que alberga la profesión médica y que los representantes de instituciones como la OMC o los colegios profesionales tienen que conciliar. SendÃn quiso destacar este punto, al insistir en que “la única manera de que se hagan las cosas bien, sin trampas por un lado y sin trampas por el otro, y que no se especule con la industria de la muerte, es respetando la voluntad de los profesionalesâ€. AsÃ, concluye que “la objeción de conciencia debe regularse bien, para que nos ayude a convivir y respetar la voluntad del enfermoâ€. En este sentido, Barra detalla que la intención es “crear un registro de médicos objetores†y recuerda que “no valdrá la objeción de conciencia colectiva, pues la objeción de conciencia es individualâ€.

Un momento del encuentro.
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Registro de objetores
Sobre ese posible registro de objetores -que ya fue muy discutido con la ley del aborto-, el pasado 18 de febrero, SerafÃn Romero, presidente de la OMC, manifestó su rechazo a que este listado sea público y da otra opción: “Depositar la objeción de conciencia en los colegios de médicos sirve de garantÃa para que nadie pueda obligar a un médico a realizar este acto, asà como para que no haya objeciones de ida y vuelta, de mañana y tardeâ€, dijo Romero.
Otra garantÃa de buena praxis es que “se haga en el sistema públicoâ€, afirmó SendÃn en el encuentro. A lo que Barra apostilló que la futura ley “obligará tanto a centros privados como a públicos y será la Administración Pública quien tenga la obligación de controlar si en alguna institución a algún paciente se le niega este derechoâ€. Y SendÃn aclara: “Debe garantizarse que se haga en el sistema público, no porque no se pueda hacer en el privado... Pero no puede ser que el motivo de la objeción sea una excusa para excluir esta práctica del sistema públicoâ€.
"Hay que hacer las cosas bien para que no se especule con la industria de la muerteâ€, apunta RodrÃguez SendÃn
Boceta también planteó la posibilidad de que esta práctica terminara derivándose a la sanidad privada por sistema y advirtió de que “la idea de crear clÃnicas de eutanasia me parece que reforzarÃa la tendencia a no mirar a la realidad cada vez mayor de personas con enfermedades avanzadas y terminalesâ€. Y añade la siguiente reflexión: “PodrÃamos seguir obstinándonos en aplicar tecnologÃas y tratamientos que intenten retrasar finales cercanos inevitables, en vez de ayudar a afrontar esos finales y, después, dejarlos en manos de esas clÃnicas, mirar para otro lado y seguir haciendo lo mismoâ€.
En definitiva, Boceta pone en evidencia que regulando la eutanasia no se solucionan las carencias que existen en la atención del paciente crónico o terminal. “¿Qué estamos haciendo con la atención del enfermo al final de la vida?â€, se pregunta SendÃn, para admitir que “de forma pareja a la despenalización hay otras cuestiones sobre las que legislar y a las que dotar de presupuesto. Por ejemplo, controlar el empecinamiento terapéutico, que no solo supone más coste al sistema, sino que, sobre todo, genera sufrimientoâ€.
"Los médicos en contacto con el sufrimiento son menos partidarios de la leyâ€, señala Julio Boceta
En este punto del debate es cuando los cuidados paliativos y la eutanasia se encuentran de manera más clara. Hay un temor poco verbalizado entre los paliativistas y es que con la regulación de la eutanasia se deje de ver como necesaria una ley nacional de paliativos y, por tanto, la inversión en equipos y profesionales médicos para que esta atención a terminales llegue a todos los pacientes. Puede que esta idea estuviera detrás de la intervención en el Congreso de los Diputados de José Ignacio Echániz, portavoz del Partido Popular, cuando el pasado 11 de febrero, dijo que con la despenalización “hay un intento claro de evitar costes del Estado del Bienestarâ€.
Los convocados al debate negaron la mayor (sin conocer todavÃa, porque no se habÃa producido, la polémica intervención de Echániz). “Los médicos que hemos defendido con más vehemencia la regulación de la eutanasia no estamos en contra de los paliativosâ€, apunta el miembro de DMD, y añade que “está por ver que teniendo un buen sistema de paliativos se pueda disminuir o aumentar el número de casos de eutanasia, porque son dos cosas diferentesâ€.
"En un proceso terminal tenemos carencias para manejar nuestras emocionesâ€, según Antonio Pujol de Castro
Distingue: “Los paliativos es una prestación a la que tienen derecho todos los ciudadanos y la eutanasia es un nuevo derecho subjetivo de la persona y la ejerce quien quiere, dentro de los supuestos que contempla la leyâ€. SendÃn y Barra afirman que la sedación paliativa, que está indicada para eliminar el dolor en determinados supuestos y es una buena praxis médica, no se está practicando. Es decir: hay enfermos que siguen muriendo con dolor.
La pregunta de fondo. ¿Cuál cree que es la razón más importante que lleva a una persona enferma a pedir terminar con su vida? Sentir un dolor fÃsico insoportable fue la respuesta del 38% de los médicos de Madrid, del 18% de los de Tarragona, del 29,3% de los profesionales de Vizcaya y del 17% de los canarios. Mientras “perder la autonomÃa fÃsica completa y la libertad como persona†fue apuntada por el 32% de los encuestados en Madrid, el 48,4% de los médicos de Vizcaya, el 63% en Tarragona y el 61% de los médicos de Las Palmas.
"La objeción de conciencia no puede ser un boicot al derecho del pacienteâ€, opina Carlos Barra
Ante este panorama, Boceta asegura que “en España, por término medio, mueren más de 100 enfermos cada dÃa con la ayuda a la dependencia ya concedida, pero aún no otorgadaâ€. ¿Y sin cuidados paliativos? 70.000 u 80.000 personas al año, son las cifras oficiales. El paliativista reta: “Paradójicamente, una ley que se crea para aumentar la libertad de unos pocos podrÃa convertirse en un instrumento de coacción social para muchos, los más desfavorecidosâ€. Ahondando en esta idea, el representante de la OMC y el de CEEM coincidieron en que con la eutanasia no se responde a la demanda de los enfermos en fase terminal, y que es necesario desarrollar y dotar paliativos y dependencia. La eutanasia no termina con todo.
En tres meses, la eutanasia será una realidad en España. Recuperamos un reportaje publicado cuando la presente ley empezaba a gestarse y obligaba a posicionar a la profesión.
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Soledad Valle
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