
No solo de presidentes yanquis vive la nomenclatura zoológica. En ella encontramos asimismo huellas de otras figuras relevantes del siglo XX.
Casas reinantes, por ejemplo. En 2013, el micólogo surafricano Cobus M. Visagie era investigador posdoctoral en la Universidad de Utrecht cuando tuvo lugar la coronación del rey Guillermo Alejandro de los Países Bajos. Y decidió bautizar P. vanoranjei una nueva especie del género Penicillium (de donde deriva, sí, la penicilina) que forma en cultivo unas características colonias anaranjadas, que es el color distintivo de la casa de Orange-Nassau y, por extensión, de todo el Reino de los Países Bajos. El epíteto específico hace referencia directa a uno los títulos que ostenta el monarca holandés: Prins van Oranje (Príncipe de Orange). Aparte, el mismo Visagie nominó otras cuatro especies P. maximae, P. amaliae, P. alexiae y P. arianeae, en homenaje, la primera de ellas, a la reina consorte Máxima de Holanda; las tres últimas, a sus tres hijitas, las princesas Amalia, Alexia y Ariane.
Un año antes, en 2012, el zoólogo ecuatoriano Luis A. Coloma dio el nombre de Hyloscirtus princecharlesi a una ranita en peligro de extinción que tan solo se ha descrito en una única ubicación de nimbosilva en la provincia ecuatoriana de Imbabura. El nombre es un claro homenaje al príncipe Carlos de Gales (hoy, Carlos III de Inglaterra) por su labor en pro de la conservación de las selvas tropicales.
Aparte, tenemos el caso especial de dos familias reales muy interesadas por la investigación científica en biología marina. El 124.º emperador del Japón, Hirohito, fue especialista en hidras, hidromedusas y otros hidroides; su hijo y heredero, el emperador Akihito, ictiólogo con artículos publicados en revistas científicas de primera fila. Un molusco marino, Rotaovula hirohitoi, y un pez góbido, Exyrias akihito, llevan hoy su nombre.
También la familia real monegasca, perteneciente a la dinastía Grimaldi, ha destacado por su apoyo a la oceanografía y la biología marina. El príncipe Alberto I, capitán de navío en la Armada española, fundador del Instituto de Paleontología Humana de París, miembro de la Academia Británica de Ciencias e impulsor de los estudios sobre las cuevas rupestres de Puente Viesgo (en la actual cantabria), fue uno de los primeros investigadores de los peces y calamares abisales, como Grimaldichthys profondissimus (hoy Holcomycteronus profondissimus), Grimalditeuthis bonplandi y Lepidoteuthis grimaldii. Su tataranieto Alberto II, actual príncipe soberano de Mónaco, ha patrocinado diversas expediciones científicas; en el transcurso de una de ellas, en 2012, se descubrió en la costa septentrional de Papúa Nueva Guinea una nueva especie de cangrejo marino con vistoso caparazón blanco y rojo (los colores de la casa Grimaldi): Actaea grimaldii.
Fuera de los palacios reales, encontramos en la nomenclatura biológica huella de otras muchas figuras relevantes del siglo XX, desde Mahatma Gandhi (escarabajo Colletes gandhi) hasta Mijaíl Gorbachov (orquídea Maxillaria gorbatchowii), pasando por la presidente filipina Corazón «Cory» Aquino (hormiga Romblonella coryae, perteneciente a un género bautizado por la isla filipina de Romblón).
Uno de los más homenajeados es Nelson Mandela, alias «Madiba», primer presidente negro de Suráfrica, elegido democráticamente tras pasar 27 años en prisión por su lucha contra el apartheid, líder de la reconciliación nacional surafricana y símbolo mundial de dignidad y derechos humanos, Premio Nobel de la Paz en 1993. Llevan su nombre las mandelias o babosas marinas del género Mandelia (único género de la familia Mandeliidae); las arañas Singafrotypa mandela, Anelosimus nelsoni y Stasimopus mandelai; el cangrejo marino Munidopsis mandelai; y hasta dos animales paleontológicos fósiles: Australopicus nelsonmandelai, pájaro carpintero del Plioceno hallado en un yacimiento de fósiles de la costa occidental surafricana, y Garjainia madiba, reptil arcosauromorfo del Triásico inferior.
Es posible que alguien se esté preguntando si solo tienen reflejo en la nomenclatura zoológica actual las figuras políticas admiradas en las democracias occidentales. ¿Se admiten los homenajes taxonómicos a Gorbáchov, pero no a Lenin? ¿A Mandela sí, pero no a Hitler? Queda pendiente de comentar en la próxima entrega de esta serie.
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Continúa en: «Nombres político-zoológicos (IV)»
Off Fernando A. Navarro Off