Grado
franciscogoiri
Vie, 03/03/2023 - 08:00
Entrevista con el presidente de la Conferencia de Decanos de Medicina

El presidente de la Conferencia de Decanos de Medicina defiende que los criterios vigentes desde enero para acreditar nuevos profesores mejoran "sustancialmente" los anteriores. Foto: SERGIO GONZÁLEZ VALERO.
Pablo Lara está entre exultante y cauto. Compaginar ambos extremos implicaría, para cualquier mortal, un complicado ejercicio de funambulismo, pero el presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de las Facultades de Medicina Españolas -que así se llama oficialmente el órgano que preside desde 2018- parece acostumbrado a transitar por el alambre: entre la responsabilidad institucional que implica su cargo (que compagina con el decanato de la Facultad de Medicina de Málaga) y su constante pelea por mejorar la situación de los docentes y de la enseñanza universitaria de la Medicina en España; entre la negociación en los despachos, pues, y la reivindicación.
El pasado diciembre la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) aprobó oficialmente los nuevos criterios para acreditar profesores de Ciencias de la Salud; es decir, las normas que dilucidan si un candidato a una plaza docente universitaria es apto o no para ocuparla. Por primera vez, la Conferencia que preside Lara se reconoce en unas normas que -esta vez sí- ha consensuado con Aneca, y cree que pueden ser la vía para paliar el déficit de profesorado permanente que aqueja a las 46 facultades que imparten el grado de Medicina en España, públicas y privadas.
De ahí, el optimismo del jefe de los decanos. Su cautela se encarna, sin embargo, en varios interrogantes: ¿Serán suficientes los nuevos criterios para paliar el grave déficit actual de profesores? ¿Habrá que corregirlos y/o mejorarlos? ¿Estará Aneca tan predispuesta y dialogante como lo ha estado los tres últimos años?
De momento, defiende con ahínco un axioma, para él, incuestionable: los cambios aprobados son "sustanciales" y allanan "significativamente" los obstáculos existentes hasta ahora para acceder a una plaza de titular o catedrático de Medicina. Esta defensa forma parte de una campaña de comunicación "fundamental" para hacer ver las bondades de los nuevos criterios, animar a sus colegas a optar a una plaza docente y combatir el "evidente desánimo" que, según él, está en la base del escaso número de solicitudes recibidas en Ciencias de la Salud en los últimos años.
Pregunta. Antes que nada, y por empezar por lo último. ¿Qué valoración hace el presidente de los decanos de Medicina de los nuevos criterios de acreditación docente? ¿Se ajustan a las expectativas de la Conferencia?
Respuesta. En modo titular, le diría que suponen una mejora sustancial con respecto a lo que teníamos hasta ahora y, en ese sentido, sí, estamos muy satisfechos. Ahora bien, existe un compromiso explícito por parte de la dirección de Aneca de comprobar cuál es el resultado de su aplicación para hacer los ajustes que fueran necesarios.

Entre satisfecho y cauto. Así está Pablo Lara con la aprobación de los nuevos criterios de acreditación docente. Foto: SERGIO GONZÁLEZ VALERO.
Pregunta. ¿Vamos, que no está dicha la última palabra? ¿Los criterios todavía son susceptibles de mejorar en la fase de ajuste fino?
Respuesta. Claro, claro. No se puede perder de vista que la redacción de estos criterios ha sido fruto del trabajo de los tres últimos años, con reuniones intensísimas entre el comité de expertos y las tres comisiones que integran el área de Ciencias de la Salud. No se han improvisado en los tres últimos meses y, por tanto, seguro que requieren ajustes.
Pregunta. Cuénteme cómo de intensas han sido esas reuniones con la dirección de Aneca, porque, si no me equivoco, las posiciones de partida estaban muy alejadas...
Respuesta. Los anteriores criterios se publicaron en enero de 2020 y la Conferencia Nacional de Decanos elaboró un documento muy, muy crítico con ellos, a tenor de los resultados de acreditación. Ese documento se lo hicimos llegar a los ministerios, las consejerías y la propia Aneca, y el resultado fue que apenas dos meses después, en marzo, recién iniciado el estado de alarma por la pandemia, mantuvimos una reunión con el secretario general de Universidades y con la directora de Aneca, que se había incorporado a la Agencia en febrero. En esa reunión, además de acordar la elaboración de un estudio sobre la vida media académica del profesorado de Medicina, ya pusimos sobre la mesa que el déficit actual de docentes ronda los 4.000. Fruto de ese primer encuentro, se creó un grupo de expertos de profesores de Ciencias de la Salud, provenientes de distintas facultades, que estuvo seis meses trabajando con la dirección de Aneca para elevar propuestas a las tres comisiones en que se divide el área de Ciencias de la Salud dentro de la Agencia. No se puede perder de vista que, según el Real Decreto 415/2015, son esas comisiones las que tienen competencias para definir los criterios de acreditación en cada área.
"En 2017 ya hablábamos de situación crítica, y desde entonces solo hemos empeorado"
Pregunta. ¿Por qué todo ese intenso trabajo previo que me está describiendo no se hizo con los criterios anteriores, los que se publicaron en enero de 2020? ¿No era consciente Aneca de que esos criterios a ustedes, los decanos, no les gustaban nada?
Respuesta. Tenían que ser perfectamente conscientes, entre otras cosas porque ya en 2017 publicamos un artículo, que tuvo amplia difusión, sobre la previsión de jubilaciones en el profesorado de Medicina en la década 2017-2026. Ahí ya advertíamos a Aneca y a las propias comisiones de que la situación que se avecinaba era terrible, como efectivamente lo ha sido. Aun así, las comisiones, que, insisto, son las que tienen la competencia, optaron por un modelo muy continuista, a sabiendas de que el volumen de nuevas acreditaciones en Ciencias de la Salud era escasísimo.
Pregunta. En definitiva, cuando se publican los criterios de enero de 2020 ustedes ponen el grito en el cielo.
Respuesta. Digamos que nuestra decepción fue... mayúscula, por decirlo de alguna forma. Ahora bien, también somos conscientes de que, a partir de entonces, tenemos que seguir trabajando con Aneca para intentar buscar una salida mejor. Y también le digo que la transparencia, la posibilidad de aportar, debatir y discutir que nos han ofrecido ahora, durante la gestación de los criterios actuales, no se había visto nunca. Que ese grupo de expertos que antes le mencionaba se haya podido reunir con la presidencia y la secretaria de las tres comisiones de Ciencias de la Salud para debatir era, hasta ahora, algo inusitado.
Pregunta. ¿Entiendo que ese cambio de actitud tiene una relación directa con el cambio de dirección en Aneca, con la llegada de Mercedes Siles en febrero de 2020?
Respuesta. Sin duda. Como le decía antes, en febrero entregamos nuestro documento de valoración de los criterios y menos de un mes después nos estaban recibiendo la propia directora de Aneca y el secretario general de Universidades. Ahora bien, creo que también ha influido mucho la renovación de la composición de las tres comisiones de Ciencias de la Salud, que, por ley, deben renovarse periódicamente.
"Necesitamos que Aneca tenga el mismo nivel de compromiso que los 3 últimos años"
Pregunta. ¿Y qué pasará ahora, con la nueva dirección de la Agencia? ¿Cree que la salida de Siles afectará al nivel de interlocución que han mantenido con Aneca?
Respuesta. Pues mire, esperamos y necesitamos el mismo nivel de sensibilidad y compromiso que han demostrado en los tres últimos años, por el bien de los grados de Medicina y por el bien de la formación de los futuros profesionales.
Pregunta. ¿Hasta qué punto se identifica la Conferencia de Decanos con los criterios de acreditación que se aprobaron el pasado mes de diciembre?
Respuesta. De entrada, el decreto 415/2015 sigue mandando, y esa norma establece que, a la hora de acreditar a los profesores titulares y a los catedráticos de universidad, siguen primando los criterios de investigación y docencia, y que hay que lograr un determinado nivel en ambos campos [A, de "excelente", o B, de "bueno", según la terminología de Aneca]. El mismo decreto establece que cuando solo logras una C [de "compensable"] en los apartados de investigación o docencia, se miran los méritos de transferencia, actividad profesional y gestión para valorar si se puede compensar lo que te falta en los dos campos prioritarios. Pues bien, la gran novedad de los nuevos criterios de Ciencias de la Salud, los que están en vigor desde enero, es que resulta mucho más asequible conseguir una A o una B en los apartados de transferencia, actividad profesional y gestión, de forma que se pueda compensar lo que no has alcanzado en investigación y docencia.

Lara (en el centro), el pasado diciembre, durante la presentación oficial de los nuevos criterios, acompañado, entre otros, de la ya exdirectora de Aneca Mercedes Siles; el secretario de Universidades, José Manuel Pingarrón y la directora de Ordenación Profesional, Celia Gómez (3º, 4º y 5º por la dcha, respectivamente). Foto: ANECA.
Pregunta. En esencia, se le da a la actividad asistencial del médico el peso que no tenía hasta ahora y que ustedes consideraban que debía tener...
Respuesta. Sí, esa es la lectura. Desde la Conferencia de Decanos no nos cansamos de insistir en que la actividad asistencial es tan importante en un profesor de Medicina como la investigación y la docencia.
Pregunta. ¿Bueno, parece que eso los nuevos criterios lo dejan claro, no?
Respuesta. Sí, pero somos más ambiciosos. Queremos que la LOSU [Ley Orgánica del Sistema Universitario, actualmente en el Senado] reconozca también el peso de la actividad asistencial en Ciencias de la Salud, y hemos hecho muchas alegaciones al proyecto de ley en ese sentido. En el último borrador de ese proyecto no se dice expresamente que la actividad asistencial sea tan importante como la investigadora y la docente, pero deja claro, al menos, que en algunos ámbitos, como Ciencias de la Salud, la actividad asistencial debe ser valorada de forma adecuada.
Pregunta. ¿En qué se traduce ese mayor reconocimiento de la actividad asistencial en los nuevos criterios? Póngame algún ejemplo.
Respuesta. Los cambios fundamentales se dan en la acreditación a profesor titular, que es nuestro principal cuello de botella, pero eso no es óbice para que en el futuro también se introduzcan novedades en la acreditación a catedrático. Veremos qué pasa con la revisión de los criterios. En el caso de los titulares, para obtener una A, de "excelente", en transferencia y actividad profesional, ahora hay que lograr 4 méritos de uno u otro ámbito, cuando antes se exigían unos méritos mínimos en cada campo, y para lograr una B, de "bueno", basta con 2 méritos, también de uno u otro campo.
"La asistencia es tan vital en un profesor de Medicina como la investigación y la docencia"
Pregunta. ¿Y los méritos que se piden son idénticos a los que ya se pedían o ahí también se ha abierto la mano, por decirlo de alguna forma?
Respuesta. Los méritos también tienen novedades. Por ejemplo, ahora se considera un mérito tener al menos 5 años de actividad asistencial en un centro sanitario, sin computar el MIR, pero es que, además, este mérito es acumulable, de forma que, si los años de experiencia son 10, el aspirante acumula dos méritos. Otros méritos nuevos son, por ejemplo, tener la máxima calificación alcanzable en la carrera profesional, tener premios de excelencia profesional; pertenecer a comités internacionales o europeos o a grupos de expertos autonómicos y/o nacionales, durante al menos 4 años; formar parte de comisiones clínicas o de la comisión nacional de la especialidad; ser investigador principal de grupos de investigación, director o subdirector de grupos de investigación... Todo esto solo dentro del campo de la actividad profesional, e insisto en que para tener una A, de "excelente", te piden solo cuatro méritos.
Pregunta. ¿Y nada de esto se contemplaba en los criterios que regían desde 2020?
Respuesta. No, no, con esos criterios, ningún aspirante que tuviera una C en investigación o docencia podía compensar ese déficit con sus méritos en actividad profesional o transferencia, porque nadie llegaba a una A en ambos campos. E insisto en lo de "nadie", porque los méritos eran desorbitados, inadecuados, de no creérselos. No me canso de repetir que el Real Decreto 415/2015 deja muy claro que el sistema de acreditación debe permitir que los mejores profesionales sean profesores de la universidad y, con los criterios anteriores, no sé si había algún aspirante en España capaz de alcanzar una A.
"¡Cómo no van a ser un mérito los ensayos clínicos para optar a una plaza docente en Medicina!"
Pregunta. Dígame algún mérito nuevo en materia de transferencia, que le veo con ganas de resaltar las bondades de los nuevos criterios...
Respuesta. Es que creo que es muy, muy importante hacer ver que los cambios han sido, en efecto, profundos, muy significativos, y ahí la Conferencia de Decanos está muy concienciada sobre la necesidad de hacer una buena comunicación. Mire, entre los méritos en transferencia están las patentes, los derechos intelectuales de explotación, las empresas basadas en el conocimiento, los contratos suscritos con empresas, el mecenazgo, la formación de investigadores, los ensayos clínicos, las guías de práctica clínica o los consensos que vengan avalados por sociedades científicas, las actividades de divulgación, los sexenios de transferencia...
Pregunta. ¿Los ensayos clínicos también?
Respuesta. También, también. Eso es, en efecto, una novedad significativa. Pero, vamos a ver, cómo no van a tener los ensayos clínicos la consideración de mérito para aspirar a una plaza de profesor de Medicina. Con los nuevos criterios, se pueden acumular hasta dos méritos por ensayos clínicos.
Pregunta. ¿Vamos, que lograr cuatro méritos en transferencia y actividad profesional está chupado, no?
Respuesta. Yo le diría que es perfectamente asequible para una persona que lleve una cierta trayectoria trabajando en centros sanitarios.
Pregunta. En cualquier caso, investigación y docencia siguen siendo, sobre el papel, las piedras angulares de los méritos docentes. ¿Ha habido cambios en esos campos para Ciencias de la Salud o Aneca no ha abierto ese melón?
Respuesta. Sí, sí, también ha habido cambios, y algunos muy significativos. De entrada, se ha aumentado el rango de revistas que se consideran meritorias como soporte de publicación de los artículos científicos. En segundo lugar, además de los artículos originales, las revisiones sistemáticas de artículos también adquieren la consideración de mérito evaluable; los artículos breves, notas clínicas o editoriales "destacadas" también computarán como número de artículos; se han flexibilizado, además, los criterios vigentes en lo que se refiere a la "autoría preferente" de los artículos y sobre las tesis doctorales... En el caso de los méritos docentes, y por resumir mucho, también se han disminuido los años y las horas de docencia exigidos hasta ahora para obtener una calificación B.
"Los cambios son sustanciales, pero nos queda la duda razonable de si son suficientes"
Pregunta. Entiendo que este último punto beneficia mucho a aquellos aspirantes que hasta ahora compaginaban la docencia con su actividad asistencial, y no podían dedicarle a la primera todo el tiempo que requería Aneca.
Respuesta. En efecto. Un profesor asociado, por ejemplo, que dedica 180 horas anuales a la enseñanza, ya se considera un docente a tiempo completo, cosa que antes no sucedía, y eso, en un área como Ciencias de la Salud, con un ingente volumen de asociados, nos viene muy bien. Además, 4 años de colaborador clínico honorario, de tutor clínico, en definitiva, es, a partir de ahora, equivalente a un año de dedicación a tiempo completo, y aquí estamos hablando de todos los médicos que tan generosamente nos ayudan en la docencia práctica. En materia docente, hay, además, otro factor clave: a partir de ahora, la evaluación de la actividad docente se podrá realizar también por parte de la junta de centro de cada facultad, o incluso por los departamentos, y no necesariamente por el rectorado, de forma que puedan acceder a ella también los profesores asociados y los tutores clínicos.

El presidente de los decanos no se cansa de enumerar los nuevos méritos computables en asistencia, investigación y docencia. Foto: SERGIO GONZÁLEZ VALERO.
Pregunta. Vamos, que mucha de la actividad docente que antes quedaba en el limbo o que no computaba como mérito suficiente, ahora va a ser reconocida.
Respuesta. Eso es. Por resumirlo mucho, para obtener una B en este campo, hacen falta 4 años a tiempo completo u 8 a tiempo parcial, pero, para lograr una C, basta con acreditar dos años y medio de docencia a tiempo completo o 5 a tiempo parcial.
Pregunta. No me puedo creer que todas estas propuestas no las pusieran ustedes sobre la mesa en 2020. ¿Qué pasa, que nadie les escuchó?
Respuesta. Claro que las planteamos, y antes incluso, pero insisto en que hasta ahora no habíamos tenido la oportunidad de trabajar codo con codo, con Aneca y entre nosotros. Si no recuerdo mal, en el grupo de expertos hemos tenido hasta 8 y 10 reuniones previas, de tardes enteras de trabajo, para preparar las propuestas. Mire, yo ya he oído por ahí que los criterios han cambiado muy poco, y me parece que lo que hay que hacer es explicarlos bien, a fondo y muy pormenorizadamente. Así que perdóneme si me extiendo en detallar los cambios, pero creo que esta labor de comunicación es importantísima.
Pregunta. ¿Por qué?
Respuesta. Fundamentalmente para animar a los colegas a presentarse; para hacerles ver que, ahora, la acreditación es más viable.
Pregunta. ¿Tiene la sensación de que los criterios de 2020 han disuadido a mucha gente, de que ha cundido el desánimo?
Respuesta. Sin duda, porque el panorama era para desanimarse. En el estudio sobre la vida media académica del profesorado que le mencionaba antes ya decíamos que el acceso a la plaza de profesor titular vinculado se hacía con una media de 54 años. Ya me dirá usted quién iba a atreverse a sortear esa carrera de obstáculos. Ahora bien, si nos quedamos con el mensaje de que los criterios no han cambiado, o han cambiado poco, no avanzaremos. Además de explicar bien los posibles beneficios de esos cambios, ahora tenemos que ver qué pasa a lo largo de este año.
Pregunta. Por ahí iba precisamente la siguiente pregunta. ¿Cuándo cree que podrán empezar a notarse los efectos prácticos del cambio? ¿Un año, dice?
Respuesta. Es difícil hablar de un horizonte concreto, pero en los últimos meses el volumen de acreditaciones ha crecido ligeramente y tengo la impresión de que va a seguir haciéndolo. Un buen ejemplo de la buena voluntad que anima a Aneca con estos cambios es que los aspirantes que hayan solicitado la acreditación antes de la entrada en vigor de los nuevos criterios, y que aún estén pendientes de la respuesta de Aneca, serán baremados con las nuevas condiciones. En cualquier caso, la prueba de fuego será el balance de los próximos meses. Estamos satisfechos y convencidos de que los cambios son sustanciales, pero tenemos la duda razonable de si son suficientes.
"Ahora mismo, en todas las facultades, hay muchos asociados asumiendo tareas que no son suyas"
Pregunta. Otra duda que me surge. Los miembros que integran las tres comisiones de Ciencias de la Salud son, a su vez, expertos en este campo. ¿No eran ellos conscientes de las carencias de los criterios de acreditación? ¿No se daban cuenta de las desorbitadas dificultades, como usted dice, que presentaban esos criterios?
Respuesta. No me pregunte por qué, pero el caso es que, hasta ahora, la redacción de esos criterios ha estado presidida por el continuismo. E insisto en que la acreditación a profesor titular de Ciencias de la Salud, no solo de Medicina, no puede depender tanto de la investigación, sobre todo cuando los niveles requeridos son inasequibles para todos los campos de este área de conocimiento, salvo que uno pertenezca a grupos de investigación muy potentes, con mucha trayectoria y mucha financiación. El caso es que las 46 universidades españolas que tienen el grado de Medicina necesitan urgentemente profesores permanentes, y esa es su realidad del día a día. Eso no quiere decir que los aspirantes a esas plazas no deban acreditar méritos docentes e investigadores suficientes, sino que también deben reunir méritos asistenciales suficientes. Y eso es, precisamente, lo que no se valoraba hasta ahora.
Pregunta. En sus datos oficiales, la propia Aneca ha llegado a cifrar hasta en un 60% los aspirantes a una plaza docente en Ciencias de la Salud que no han podido acceder a ella con los criterios vigentes hasta este año. ¿Se corresponde ese porcentaje de suspensos con las cifras que maneja la Conferencia de Decanos?
Respuesta. Más que de porcentajes de aceptados o rechazados, a nosotros nos gusta hablar de números globales, y ahí los datos son muy significativos. No es de recibo que para 46 facultades de Medicina y 24 campos de conocimiento dentro del área de Ciencias de la Salud, el número medio de solicitudes para optar a una plaza de profesor titular rondara cada año las 200. Solo ese número absoluto ya estaba gritando en voz muy alta que los criterios en vigor no valían: los aspirantes veían que no podían lograr la acreditación de ninguna manera y ni siquiera la solicitaban.
Pregunta. En cualquier caso, el porcentaje de solicitudes rechazadas en Ciencias de la Salud ha sido, tradicionalmente, mucho más elevado que en otros campos del conocimiento, y ese es un dato que se repite cada año...
Respuesta. Absolutamente. Eso es incuestionable, se cuenten como se cuenten los porcentajes, y lo ha reconocido la propia Mercedes Siles en el acto de presentación oficial de los nuevos criterios de acreditación.
Pregunta. Medicina lleva años quejándose del déficit de profesores, pero profesores hay muchos y ustedes, como Conferencia de Decanos, son mucho más precisos. ¿Qué tipo de docentes necesitan exactamente las facultades españolas de Medicina? ¿Dónde radica fundamentalmente ese déficit?
Respuesta. Ahora mismo, lo que más necesitamos son profesores permanentes vinculados; es decir, contratados doctores, titulares y catedráticos, porque la acreditación de estas figuras ha sido escasísima en estos últimos años. En muchas universidades, grandes, pequeñas y medianas hay áreas de conocimiento que se han quedado sin profesores permanentes. Hay profesores asociados que están asumiendo tareas que no les corresponden, pero es que no hay otra salida.
"Los criterios que regían hasta ahora eran desorbitados, de no creérselos"
Pregunta. ¿Áreas enteras sin profesores permanentes...?
Respuesta. Sí, sí. Por ejemplo, hay áreas básicas que se están quedando sin profesorado permanente en muchas facultades. Aunque las áreas básicas son, por definición, multidisciplinares y en los departamentos hay médicos, biólogos, farmacéuticos..., y así debe ser, lo cierto es que la tendencia actual es que cada vez falte más profesorado médico para impartir las áreas básicas de Medicina.
Pregunta. ¿Le entiendo mal o hay facultades en las que muchas asignaturas se están impartiendo ya por profesores no cualificados, con todas las comillas que quiera ponerle a esa afirmación?
Respuesta. A ver, yo no diría que no están cualificados, porque las facultades debemos impartir formación de médicos generalistas, no de especialistas. Aquí, la clave está en la programación docente, las competencias que hay que adquirir y las metodologías docentes que se pueden desarrollar con el escaso número de profesores que tenemos. Pero la cualificación docente, no. Los asociados que tenemos, de hecho, son especialistas; en un elevado porcentaje son doctores, y los que se van incorporando, lo son prácticamente todos.
"Ya he oído por ahí que los cambios son pocos, pero lo que hay que hacer es explicarlos bien"
Pregunta. Vamos, que es más un problema estructural...
Respuesta. Exacto, un problema de recursos. La enseñanza universitaria necesita una estructura docente, un mínimo de profesorado permanente, que es el que no tenemos, y estamos funcionado con gente que tiene un contrato temporal y asumiendo labores de coordinación de asignaturas. Queremos fomentar los grupos reducidos, el aprendizaje basado en la resolución de problemas, los seminarios prácticos metodológicos, los casos clínicos...; pues bien, para todo eso necesitas profesorado que no tenemos. Según los datos del propio ministerio, en la rama de Ciencias de la Salud, la ratio profesor/alumno es la misma que la de Ciencias Sociales y Jurídicas, y tres veces más que la rama de Ciencias, con la que tenemos muchas similitudes en metodología docente, basada, en teoría, en grupos reducidos.
Pregunta. El último estudio de la Conferencia de Decanos, que usted mencionaba antes, cifra en casi 4.000 el déficit de profesores. Sobre el papel, los nuevos criterios aumentarán el ritmo de acreditaciones, pero ¿lo harán de forma suficiente para subsanar ese déficit? ¿No vamos ya con mucho retraso?
Respuesta. Vamos muy retrasados, en efecto. Como le decía antes, en 2017 ya hablamos de una formación en situación "crítica" y, desde entonces, lo único que hemos hecho ha sido empeorar en el déficit de profesores permanentes. Ahora, con los medios que tenemos y la generosísima colaboración de los centros sanitarios, estamos intentando salvar una situación que ya pasa de insostenible. El estudio de vida media, que he mencionado antes, cifraba en más de 460 las nuevas acreditaciones anuales necesarias, y la realidad es que, hasta ahora, no llegábamos a cien.

Lara cree que ahora lo más importante es comunicar bien los cambios en materia de acreditación para animar a los futuros candidatos a optar a las plazas docentes. Foto: SERGIO GONZÁLEZ VALERO.
Pregunta. Y el Gobierno tampoco lo pone fácil, no, porque a esa situación que me describe se suma el anuncio del Ejecutivo de incrementar el próximo curso en un 15% las plazas de Medicina en España? ¿De verdad es eso viable?
Respuesta. Vamos a ver en qué queda eso. Precisamente estos días las comunidades autónomas tienen que comunicar al ministerio su oferta para el próximo curso. Aquí, en Andalucía, donde yo ejerzo, nos estamos moviendo entre un 7% y el 15% que prevé el Gobierno central. En Málaga, concretamente, un 7,5%, porque no podemos más. La pregunta es: ¿Vamos a recibir suficiente financiación para hacer viable ese incremento? Y otra cosa más: esa financiación extraordinaria no sirve de nada si no va acompañada de más profesorado y de más capacidad de los centros sanitarios para ofrecer unas prácticas clínicas aceptables.
Pregunta. ¿De los 52 millones que, en teoría, destinará el Gobierno a ese incremento de plazas, una parte debería ir entonces para contratar profesores?
Respuesta. Una parte no. A nuestro juicio, la mayor parte, pero, claro, eso depende de las competencias de cada comunidad autónoma y de cada universidad.
"Hay muchas áreas de conocimiento que se han quedado sin profesores permanentes"
Pregunta. El Gobierno pretende, además, que ese incremento del 15% sea sostenido en el tiempo, al menos durante los próximos 6 años, y los 52 millones son la partida prevista solo para este año. ¿Habrá partidas similares en los próximos años?
Respuesta. Ese es, al menos, el compromiso teórico del ministerio, pero ya sabemos que los presupuestos generales se aprueban año a año. También le digo que esos 52 millones son más de lo que, en principio, se había estimado. El ministerio nos consultó e hicimos una estimación conjunta de 15.000 euros anuales por cada nuevo estudiante, que, multiplicados por los mil que se prevé sumar el próximo curso, serían unos 15 millones de euros. Llevamos años insistiendo en que no hay que aumentar el número de alumnos y, de repente, nos vemos con una partida extraordinaria que nos puede complicar mucho las cosas. Como le decía, las comunidades tienen ahora que ajustar esos incrementos a sus posibilidades.
Pregunta. ¿No me diga que esos 52 millones del Gobierno son un regalo envenenado? La Conferencia de Decanos sería la primera institución que se queja por que hay dinero para hacer cosas...
Respuesta. A ver, quiero que en este punto se me entienda bien. Hablo de "problema" en el sentido de que no sabemos con certeza si esa partida inicial estará garantizada para los próximos ejercicios, tendrá continuidad, y si el incremento presupuestario vendrá acompañado de otras medidas imprescindibles, como la contratación de profesores o los recursos para las prácticas que le comentaba.
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Pregunta. No quiero cabrearle, pero a ese 15% de incremento de plazas que plantea el Gobierno se suma la apertura de dos nuevas facultades para el pró
Aneca ha allanado el camino para ser profesor de Medicina, pero Lara espera ahora que la teoría se traduzca en datos que palíen el déficit docente.
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Francisco Goiri. Madrid
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