Grado
franciscogoiri
Dom, 27/08/2023 - 08:00
María Valderrama, presidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina

María Valderrama, presidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), empezará el próximo curso el quinto año de Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Foto: GARRIDO FOTÓGRAFOS/FUNDACIÓN LILLY.
Se llama María Valderrama López. Piensa incluso más rápido de lo que habla, pero el frenético ritmo de pensamiento y palabra no le resta ni un ápice a la claridad de su discurso. Su sonrisa, refrenada por un velo de ¿timidez?, se encabrita dos o tres veces en la entrevista, y a punto está de estallar en risa.
Acaba de terminar cuarto de Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y, aunque no nos lo dice (¿su proverbial timidez?), intuimos que con notazas. Tiene, en cualquier caso, suficiente bagaje docente para hacer un diagnóstico de lo que cursa, y el balance, su balance, es, digamos, ambivalente.
Pero no habla solo la alumna Valderrama López, María, sino la presidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM). La ventrílocua de 44.000 alumnos, sus colegas de fatiguitas en la carrera. Escúchenla, por favor.
Pregunta. El órgano que usted preside representa a más de 44.000 estudiantes, pero parece que nadie les escucha. ¿No será que hablan ustedes muy bajito?
Respuesta. ¿Usted cree que no nos escuchan?
P. A las pruebas me remito. El CEEM lleva años pidiendo que no se abran más facultades de Medicina y siguen brotando como setas. España es el segundo país del mundo con más facultades de Medicina...
R. A ver, admito que eso es muy frustrante, en efecto, porque llevamos años desgañitándonos en contra del aumento del numerus clausus, y no solo nosotros, ojo, porque en esta reivindicación nos acompañan la Conferencia Nacional de Decanos, la Organización Médica Colegial o el propio Foro de la Profesión Médica. Los ministerios de Sanidad y Universidades crearon recientemente un grupo de trabajo para abordar, entre otros, este tema, pero lejos de avanzar, parece que hemos retrocedido, porque las facultades siguen aumentando y el numerus clausus sigue disparándose.
P. Vamos, que me da la razón: no les escuchan.
R. En este caso concreto, me da la sensación de que las autoridades estatales se amparan en que la última palabra para abrir una nueva facultad la tiene la comunidad autónoma, a pesar de que la adjudicación previa dependa de Aneca [Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación]. Tener una facultad de Medicina da mucho prestigio a la universidad de turno y eso, quieras que no, es un obstáculo añadido a nuestra labor.

La presidenta del CEEM aboga por que haya un contacto más intenso y continuado entre todas las facultades de Medicina. Foto: GARRIDO FOTÓGRAFOS/FUNDACIÓN LILLY.
P. Más que "obstáculo añadido", parece ya una muralla difícil de franquear. Se lo digo porque el Gobierno central ha aprobado un aumento del 15% de las plazas de grado para el próximo curso. ¿De verdad es viable ese incremento?
R. Le aseguro que no, en absoluto. Lo decía usted antes: ya somos más de 44.000 estudiantes en toda España, la capacidad asistencial de los hospitales es la que es y el déficit de docentes es acuciante. Mientras tanto, siguen flotando en el aire las preguntas a las que hay que dar respuesta y que parece que nadie quiere abordar.
P. ¿Qué preguntas son esas?
R. Pues algunas tan básicas como ¿faltan médicos en España o no? ¿Es un problema de distribución de los que hay? ¿Faltan buenos contratos y/o buenas oportunidades laborales? ¿Hay que mejorar las condiciones de los docentes para garantizar el relevo de profesores en el futuro? ¿Hay que incentivar y motivar más a los tutores clínicos? ¿Cómo lo hacemos?... Se ha demostrado suficientemente que no hay una relación directa entre el aumento de las plazas de grado y el incremento de médicos en España, pero parece que esa es la única salida que se articula desde las autoridades.
P. Acaba de terminar usted 4º de Medicina. ¿Ha sufrido en sus propias carnes esa falta de profesores? ¿Le han dado clase profesores que, en teoría, no son competentes en la materia que han impartido?
R. En el caso de los profesores preclínicos, de asignaturas básicas, la carencia es muy evidente y se arrastra desde hace mucho, lo que ha obligado a que determinadas asignaturas sean impartidas por biólogos, psicólogos... y, ojo, que quizás eso tiene una parte positiva. Ahora bien, en el caso de las asignaturas clínicas, quienes las imparten tienen que ser, sí o sí, médicos, y faltan, claro que faltan. Para suplir la carencia de docentes clínicos acreditados se está recurriendo a otros profesionales del servicio, o incluso a residentes, que imparten clase sin el correspondiente reconocimiento académico y retributivo. El grado de compromiso de estos sustitutos no es el mismo, porque, obviamente, tienen sus prioridades asistenciales, y eso nos acaba afectando como alumnos.
"Hay alumnos que dan mucho de sí mismos y están en riesgo de enfermar en el proceso de aprender a curar"
P. Otro ejemplo del poco caso que se les hace: el distrito único para el acceso al grado de Medicina, que el CEEM lleva años reclamando. ¿Por qué es bueno el distrito único?
R. Porque favorecería mucho tanto a los estudiantes como a las propias facultades. Medicina es una carrera muy asociada a la vocación y quizás, por eso, el primer objetivo es entrar en el grado, independientemente de la comunidad donde se estudie. El resultado es que muchos alumnos optan a varias facultades de distintas ciudades, de forma que el proceso de admisión, con renuncias incluidas por medio, se alarga durante meses, con la consiguiente duplicación de gastos administrativos y de los recursos de las facultades. Con las renuncias de estudiantes que optan a varias facultades corre, además, la lista de espera de esos centros, de forma que hay alumnos a los que pueden llamar en noviembre o diciembre para ver si quieren entrar en una facultad a la que optaron y donde, en principio, no había plaza.
P. Un caos, vamos...
R. Sí, largo y costoso, como le digo. Y todo este proceso tiene además otra deriva que también afecta al numerus clausus. Por un lado, hay facultades que ofertan más plazas de las que tienen acreditadas, pensando que habrá alrededor de un 10% de renuncias (cosa que, por cierto, no tiene por qué suceder) y otras que, al contrario, se acaban quedando con plazas vacantes porque se les van estudiantes una vez iniciado el curso. El caso es que los numerus clausus reales no coinciden prácticamente ningún año con los teóricos.
"En las prácticas coincides con especialistas que te hablan de sus condiciones y te desincentivas mucho"
P. Medicina es una de las carreras que más nota exige en la EBAU. ¿El acceso es igualitario en toda España o es más fácil estudiar Medicina en una comunidad que en otra? Dicho de otro modo, ¿hay autonomías que engordan las notas de la EBAU?
R. No, el acceso no es igualitario, de ahí que otra de las exigencias del CEEM sea que la prueba de la EBAU sea única en todo el Estado y que los criterios de acceso a las facultades de Medicina sean homogéneos en todas las comunidades. De hecho, la ponderación de las asignaturas no es la misma en todas partes, de forma que hay un sesgo claro en el acceso al grado por autonomías.
P. Además de aprobar la EBAU, y hacerlo con nota, son partidarios de que cada facultad de Medicina haga una prueba de acceso específica. ¿No se pasan ustedes poniendo obstáculos?
R. No, no se trata de poner obstáculos porque sí. Además de la evidente preparación científica, medicina es una profesión que exige un componente humano y empático muy fuerte, y eso no se puede perder de vista. Medicina no solo necesita a los estudiantes más brillantes desde el punto de vista académico, con las mejores notas en un examen que, al final, es puramente teórico; necesita también gente con compromiso y capacidad de involucrarse con sus pacientes, y esas capacidades no se evalúan en una prueba teórica.
¿Miles de especialistas a la 'basura'?
P. No me diga que Medicina está llena de cerebritos con poca empatía.
R. (Se ríe). No, no. De hecho, todos los estudios dicen lo contrario: dicen que el estudiante medio tiene un componente empático muy elevado y que, además, va aumentando a medida que avanza la carrera.
P. Rectifico: hablamos entonces de cerebritos con empatía.
R. Hablamos de gente ilusionada con sus estudios, que mantiene esa ilusión a lo largo de la carrera y que, como le digo, tiene un perfil empático muy acusado. De hecho, hay que tener mucho cuidado con ese perfil, porque hablamos de personas que dan mucho de sí mismas para los demás y que están en riesgo de enfermar en el proceso de aprender a curar.
"Para suplir la falta de docentes acreditados se está recurriendo a otros especialistas o incluso a MIR"
P. Cada año, miles de graduados en Medicina no acceden al MIR por falta de plazas o porque la nota de corte no les da. ¿Algo estamos haciendo mal cuando tiramos miles de cerebritos a la basura cada promoción, con todas las comillas que le quiera poner?
R. Es verdad que la oferta de plazas MIR ha aumentado bastante en los últimos años, y eso es algo que hay que reconocerle al Ministerio de Sanidad, pero también es cierto que todavía hay mucho desfase entre el número de egresados y la oferta MIR. Este es un problema estructural del sistema que hay que ir corrigiendo paulatinamente, pero, a la falta de plazas MIR, se suma otro problema más difícil de resolver si cabe: los puestos que quedan sin ocupar por infinidad de motivos, desde las condiciones laborales de la especialidad en cuestión hasta el hecho de que esos puestos estén en zonas de difícil cobertura. Le acabo de hablar de la ilusión con la que uno empieza la carrera de Medicina, pero también es verdad que hay factores que minan esa ilusión.

Tras 4 años de carrera, asegura, contundente, que volvería a empezar Medicina. Foto: GARRIDO FOTÓGRAFOS/FUNDACIÓN LILLY.
P. ¿Por ejemplo?
R. Pues mire, sin ir más lejos, en las prácticas clínicas coincides con médicos adjuntos o incluso con residentes y cuando les oyes hablar de las condiciones de trabajo en determinadas especialidades o destinos te desincentivas mucho. Y eso también es otro problema estructural del sistema.
P. Medicina de Familia no se cansa de repetir que lo que no se conoce no se elige y que su especialidad no tiene el peso que merece en la carrera. Usted acaba de terminar 4º ¿Sabe lo que es Medicina de Familia a estas alturas de su carrera?
R. En mi caso, sí, totalmente, pero lo sé porque el programa docente de la Autonóma de Madrid incluye rotaciones por el centro de salud en segundo de carrera. Ese contacto tan temprano e intenso con Familia no ocurre, sin embargo, en todas las facultades. Muchos programas, de hecho, no incluyen esas prácticas hasta 6º de carrera. Creo que ese contacto tan incipiente con Familia, antes incluso de enfrentarte a las prácticas hospitalarias, es vital para trabar conocimiento con una especialidad tan bonita e inspiradora como Familia. Si la pillas desde el principio, te puede abrir la puerta a una realidad que luego, una vez que has rotado por el resto de especialidades, a lo mejor te cuesta más ver.
P. Y usted que la ha conocido bien, ¿la elegiría en el MIR?
R. Le aseguro que el interés y la estima que yo le tengo a Familia es responsabilidad directa de ese contacto tan temprano con ella. Las sociedades y la comisión de la especialidad tienen razón: por contenido, método de trabajo e interacción permanente con el paciente, Medicina de Familia es interesantísima, pero no le voy a negar que hay otros factores que influyen, como las reivindicaciones y las huelgas de primaria o el grado de desincentivación que ves en los profesionales que la ejercen cuando rotas con ellos. El MIR también se plantea, como es lógico, a qué va a dedicar los próximos 30 años de su vida.
"Un MIR también piensa a qué va a dedicar los próximos 30 años de su vida, y en qué condiciones"
P. Hablaba antes de la ilusión del estudiante de Medicina en general, pero hábleme ahora de la suya. ¿Hay mucha diferencia entre lo que esperaba al inicio de la carrera y lo que se ha encontrado en estos 4 años?
R. Pues mire, los primeros cursos son muy duros, muy densos teóricamente y muy alejados de lo que luego será la práctica clínica. Claro que es importante formarte en Anatomía, en Fisiología o en Histología antes de empezar a aprender sobre las enfermedades en sí, pero también es verdad que ese proceso de aprendizaje tan largo, denso y duro puede llevarte a niveles de frustración muy altos. En mi facultad, por ejemplo, teníamos una carga enorme de Bioquímica en segundo y fue cuando me plantee hacer algo fuera de la carrera para mantener ese amor por la medicina: a partir de ahí, entré en el CEEM. En definitiva, es una carrera de fondo, son muchos años, y hay que saber aguantar y mirar las cosas con perspectiva, porque la parte bonita de la medicina acaba llegando.
P. ¿No me diga que la presidencia del CEEM fue una válvula de escape?
R. No es tan raro. Creo que la motivación que nos une a mucha gente del CEEM es, precisamente, la de intentar darle una vuelta al grado y pedirle algo más. La representación estudiantil está inspirada en infinidad de valores útiles y muy positivos, y la posibilidad de contactar con gente de otras facultades te aporta mucha perspectiva. Yo, por ejemplo, tomé conciencia de que las prácticas clínicas en mi facultad tienen un peso y una importancia que no se dan en otros centros.
"Antes de abrir más facultades, intenta que tus médicos se queden en España", Docentes y alumnos dan un aprobado 'raspado' al grado de Medicina, "Dar una clase magistral de Medicina por 'zoom' no es innovación docente", Las facultades españolas de Medicina dan la espalda a la salud LGTBI
P. Desde su doble experiencia como estudiante y presidenta del CEEM, dígame una cosa muy buena y otra muy mala de las facultades españolas de Medicina
Lo dice la voz institucional de los más de 44.000 alumnos españoles: abrir más facultades y 'ensanchar' las puertas de las que ya existen no soluciona el déficit médico.
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