Profesión
rocio.rodriguez
Sáb, 09/08/2025 - 08:00
Un 'Cinema Paradiso' en Madrid
"Al inventarse el cine las nubes paradas en las fotografías comenzaron a andar", rezaba una de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna. También echaron a andar los sueños de muchas generaciones, que crecieron asomándose a la vida a través de aquellos cines de sesión continua y programa doble, donde se proyectaban dos películas seguidas. "Todos los sábados mis padres nos llevaban a los cuatro hermanos a ver películas en estas salas de sesión doble. Era muy gracioso porque te metías a mitad de la película y la terminabas, veías la siguiente y luego seguías con la primera película hasta llegar a donde te habías incorporado. En estos cines de barrio podías ver El pequeño salvaje de Truffaut al lado de una 'película de vaqueros' nefasta, pero veías cine muy bueno, lo último que había, y luego te rellenaban a veces con películas malas o no tan malas", recuerda cariñosamente Alberto López García-Franco, médico de Familia y cinéfilo empedernido.
López explica que se ha formado en el cine clásico, "he seguido viendo mucho cine y leyendo mucho de cine" y entre eso y su participación en el grupo de Comunicación y Salud de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), "donde se plantean cuestiones casi filosóficas", este médico se fue dando cuenta de que el cine "planteaba situaciones que habitualmente no vives en la consulta o vives de Pascuas a Ramos, y que era un elemento muy interesante de análisis", lo que lo llevó a unirlo a la Medicina. "He juntado dos pasiones mías: la Medicina de Familia, que yo siempre digo que al médico de Familia nada de lo humano le es ajeno y hay un montón de situaciones que tienen que ver con la vida y que alteran esa relación médico-paciente, y luego mi otra gran pasión que ha sido el cine, el cine y la filosofía, me gusta leer filosofía".
Y todo ello ha dado lugar a un libro. Pero antes del libro, fue el cinefórum. Vayamos por partes. Para empezar, la semilla que plantó el grupo de Comunicación y Salud de Semfyc, donde se forma a médicos y residentes en algo que las universidades no han atendido demasiado: la comunicación médico-paciente (ahora poco a poco hay más iniciativas, como en la Universidad de Alcalá). "Cómo dar malas noticias, cómo reaccionar ante un paciente agresivo, cuáles son las técnicas para hacer una entrevista motivacional… ahora un poquito más, pero cuando yo hice la carrera desde luego en absoluto se veía en la universidad", subraya López.
En 2009 se celebró en Ibiza el Congreso Nacional de Entrevista Clínica y Comunicación Asistencial, para todos los profesionales interesados en la comunicación, y López intervino en la mesa El cine, otro gran comunicador junto a una psiquiatra y un director de cine. "Se proyectó una película canadiense fantástica, Las invasiones bárbaras y hablamos de la buena muerte en un momento en el que no había eutanasia y muy alejado de la realidad clínica. Cuando volvimos del congreso, una compañera que participó en el congreso y es de este grupo de Comunicación y Salud, Concha Álvarez, y yo nos planteamos que era bueno extender esa experiencia aquí en Madrid en la sociedad científica, en la Somamfyc (Sociedad Madrileña de Médicos de Familia y Comunitaria, de la que fue su presidente hace unos 10 años), y comenzamos a hacer este tipo de cinefórum con una periodicidad trimestral", relata López.
El cinefórum en el Ateneo
"Pensamos que podíamos coger los 30 primeros cinefórum y editar un libro a ver si alguien nos lo publicaba. Pero esto que tenía vocación casi de hacer un cuadernillo y distribuirlo entre los amiguetes, lo llevamos a una editorial, les gustó la idea y nos lo publicaron en 2022". Divisible por ti. Un recorrido por la medicina, la filosofía y la vida a través del cine se presentó en el Ateneo de Madrid ese mismo año y en esta institución les gustó la idea y comenzaron a realizar ahí este cinefórum un sábado al mes en el ciclo 'Cine y medicina', donde ya se ha hecho dos cursos y en septiembre comenzará el tercero, abierto a todo el mundo. "Mayoritariamente son médicos, muchos colegas que nos conocen, pero hay mucha población general. En la Somamfyc era solo para médicos, no solo de Familia, y residentes; también iba algún maestro, un gremio que se puede beneficiar mucho de las cosas que hablamos, conflictos en relaciones asimétricas. Lo importante es hacer una buena elección porque si coges una película donde los malos son muy malos y los buenos muy buenos, donde no hay una realidad veraz, no te lo crees".
Para este médico de Familia, los libros de cine y salud o cuando el cine trata la Medicina suele ser centrándose en aspectos que tienen que ver con enfermedades, el Parkinson, las demencias o con órganos o sistemas. "En el cinefórum no hablamos de páncreas ni de patologías, sino de todo aquello que tiene una interacción con la comunicación, con la relación entre el médico y el paciente, y situaciones de la vida, la marginalidad, la violencia, el remordimiento, la culpa, la soledad, el duelo, la locura, la identidad sexual… cada película tiene una idea fuerza que tiene que ver con estos temas y se hace una disertación tras la película, siempre acercándolo al tema de la relación médico-paciente y de la comunicación, que son temas que no se estudian en la carrera, se aprenden cuando se ejecutan, cuando ves el ejemplo de otras personas o vives ciertas situaciones. Por eso creemos y defendemos que el cine es un auténtico entrenador de la empatía".
Como paradigma de esto, en el cinefórum ponen la película La vida de los otros, "una metáfora preciosa de lo difícil que es permanecer ajeno al sufrimiento humano", apunta López, quien ahonda en este tema y lo lleva a la Medicina una vez más. "Que un inspector de Hacienda no sea empático, es su problema. Que un ingeniero de telecomunicaciones no sea empático, es su problema. Pero que un médico no sea empático es problema del médico, problema del paciente que es atendido por ese médico y problema de una sociedad que entonces no va a encontrar en los profesionales sanitarios la auténtica escucha que debiera".
En este punto, este médico de Familia, que lleva toda su vida profesional ejerciendo en el centro de salud Doctor Mendiguchía Carriche (Leganés), habla de Rita Charon y la Medicina Narrativa [enfoque que enfatiza el uso de la narrativa de los pacientes para ahondar no solo en lo clínico, sino en los aspectos emocionales y sociales, para fortalecer la relación médico-paciente y mejorar la empatía] y lo compara con la narración del cine, que muchas veces refleja conflictos de valor.
De nuevo un ejemplo del celuloide: Las normas de la casa de la sidra. "El valor de la vida con el tema de los abortos, o el valor de salvaguardar la integridad de las mujeres del estado de Maine que en ese momento no tenían derecho al aborto y era una situación social complicada. Hay que jerarquizar qué se antepone, qué hacer cuando hay conflictos de valores y se da todo el tiempo en relaciones asimétricas -que no jerárquicas-, como la del médico-paciente, tú eres el técnico y el otro una persona que te pide ayuda. Si queremos hacer una toma de decisiones compartida, es importante que la empatía, la comunicación adecuada, la entrevista motivacional ejerzan sus feudos en esa relación".
Alfredo Andreu, farmacéutico y cineasta: "Hay muchas historias de eutanasia, pero ninguna se ha contado así", 'Role Playing': Así se enseña a los futuros médicos a comunicar y tener empatía con el paciente, 'Farmacia de Guardia': 30 años sin que el farmacéutico sea el protagonista
Un médico humanistaPero para López, por desgracia, la empatía muchas veces está totalmente ausente en las relaciones, "incluso hay médicos que han seg
Alberto López puso en marcha esta idea en 2009 junto a Concha Álvarez, experiencia en la que aúna su pasión por la Medicina, el cine y la filosofía y de la que ha salido un libro.
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Rocío R. García-Abadillo
Medicina Familiar y Comunitaria
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