
La incontinencia urinaria (IU) femenina es un problema que tiene un impacto a nivel físico, mental y social. La primera recomendación de los expertos es que las mujeres reconozcan el problema y lo compartan con un profesional sanitario para que pueda brindarles ayuda, ya que muchas afectadas esperan demasiado tiempo para consultar, con el detrimento en la calidad de vida que ello supone. Sobre todo teniendo en cuenta que hay ciertas medidas que hay que conocer para tratar de minimizarlo y en caso de no ser suficientes, recurrir a un tratamiento médico.
Sin embargo, la realidad es otra: "La mayoría de las mujeres afectadas adoptan medidas de protección y solo cuando las pérdidas involuntarias de orina provocan una alteración importante en su vida diaria, se deciden a pedir ayuda a un profesional de la salud", lamenta Víctor Lago Leal, profesor de Medicina de la Universidad CEU-Cardenal Herrera (Valencia).
Los prejuicios, como la asunción de que la incontinencia urinaria es "inevitable" y "propia de la edad", evita que las mujeres afectadas pidan ayuda, agrega Cristina García-Agulló, del Servicio de Información Técnica-Profesional del Colegio de Farmacéuticos (COF) de Madrid. La experta resalta que, bien al contrario, hay que saber que existen diferentes tipos de incontinencia urinaria femenina, y cada una requiere diferentes medidas de prevención y tratamiento.
Al margen de los casos de incontinencia transitoria, hay dos tipos básicos incontinencia establecida o persistente, informan desde el Centro de Información del Medicamento (CIM) del COF de Barcelona. Así, la incontinencia por esfuerzo "está asociada a un derrame de orina al practicar ejercicio, toser, estornudar o levantar objetos pesados, movimientos todos ellos que presionan la vejiga".
La incontinencia de urgencia, que se manifiesta con el deseo súbito de orinar, es la más frecuente en mayores
Hay un segundo tipo, la denominada incontinencia de urgencia, la más frecuente en personas ancianas, que "se manifiesta con el deseo súbito de orinar, con pérdida involuntaria inmediata, distinta de la incontinencia funcional, cuando el paciente presenta pérdida de orina por incapacidad para alcanzar físicamente el inodoro".
Las encuestas poblacionales revelan que la incontinencia urinaria afecta mucho más a las mujeres y que su frecuencia se dispara a partir de los 65 años. Según la cifra más aceptada, el 20% de las mujeres a partir de esa edad sufre incontinencia, aunque algunos estudios hablan del 30%. "Estos datos pueden resultar un débil reflejo de la realidad, ya que se trata de un problema que, por motivos psicológicos y sociales, tiende a ocultarse", explican desde el CIM de Barcelona.
Estilo de vidaUna vez se reconoce y se pide ayuda, ¿qué se puede hacer? En un primer escalón, hay varias medidas del estilo de vida que se pueden poner en marcha para ayudar a sobrellevar el problema. Una de las primeras son los cambios en la ingesta de líquidos, indica García-Agulló.
Hay factores que aumentan la producción de orina, como la cantidad de líquidos, el consumo de cafeína, alcohol, aguas con gas o carbonatadas, azúcar y edulcorantes, los ácidos (especialmente cítricos), las dosis altas de vitamina C, el chocolate y las comidas especiadas o picantes.
También hay alimentos sólidos que aumentan la diuresis, aclaran en el CIM del COF de Valencia. Son sobre todo algunos vegetales, con los que en la medida de lo posible convendría restringir su consumo, como la piña, la alcachofa, los espárragos, los tomates, los pepinos, los arándanos o la sandía.
Otra recomendación es que la ingesta de líquidos no supere el litro y medio diario, y se tenga especial cuidado de vigilar el consumo durante las tres horas previas antes a ir a dormir. La ingesta de líquidos debe distribuirse a lo largo de día, y beber más durante la mañana para disminuir paulatinamente el consumo conforme avanza el día, recomiendan en el CIM del COF de Valencia.
Todos los expertos coinciden en que hay que evitar o reducir al máximo el tabaquismo, ya que empeora la tos crónica lo que aumenta el riesgo de escapes involuntarios de orina, así como el consumo excesivo de alcohol. Un factor de riesgo reconocido de la incontinencia urinaria es la obesidad. El exceso de peso aumenta la presión en las paredes de la vejiga y provoca una debilidad muscular en este órgano. Asimismo, en relación con esa necesidad de reducir la presión intraabdominal, otra cuestión clave es reducir el estreñimiento y apostar por una "dieta rica en fibra", apunta García-Agulló.
Reeducación vesicalOtra medida importante es la reeducación vesical, estableciendo unas pautas de educación en hábitos miccionales para la recuperación del control de los esfínteres, con micciones programadas, aumentando el intervalo entre las mismas, e intentando orinar aunque no se tengan ganas. "Para ello, se indica un incremento del tiempo entre micciones de unos 15 a 30 minutos, cuyo objetivo final es conseguir llegar a intervalos entre micciones de tres a cuatro horas", señala Lago Leal.
Los ejercicios dirigidos al fortalecimiento del suelo pélvico son una medida fundamental en la lucha contra la incontinencia urinaria femenina. No solo como tratamiento, también como profilaxis. García-Agulló enfatiza que se debería hacer un especial hincapié en la prevención y potenciar la educación temprana para el mejor mantenimiento del suelo pélvico y evitar así problemas en el futuro. La dinámica de los conocidos como ejercicios de Kegel de reeducación de los músculos del suelo pélvico es sencilla: son ejercicios que la mujer puede practicar en cualquier lugar y consisten en contraer la musculatura del suelo pélvico durante tres segundos, relajar tres segundos, e ir aumentando el tiempo de la contracción por un segundo cada semana, hasta llegar a los 10 segundos, explica Lago Leal.
Las terapias celular y regenerativa 'piden pista' en patología urológica, Incontinencia urinaria masculina: soluciones específicas para un problema de gran impacto emocional, Martín Losada: "La evacuación inducida puede ayudar a recuperar la continencia urinaria", Los pacientes con incontinencia fecal denuncian desigualdades entre comunidades para recibir tratamiento Indica que se pueden practicar en cualquier momento del día, con la salvedad importante de que se deben evitar durante la micción, y deben convertirse Para muchas mujeres es un tabú, otras la consideran inevitable y tardan en pedir ayuda. Hay medidas del estilo de vida que hacen más llevadero el problema. Off Enrique Mezquita Farmacia Comunitaria Off












Presentaciones del medicamento para obesidad 'Wegovy'. Foto: NOVO NORDISK
























Grupo del HM CINAC. Foto: HM CINAC



José Manuel Cameselle, Susana Bravo, Mari Suárez Fariña, Miguel Chenlo, Sihara Pérez Romero, Clara Álvarez y Narciso Blanco, profesionales que han realizado la investigación. Foto: CIMUS.





























Federico Martinón, jefe de grupo del CiberES en el CHUS, en las jornadas.













Filippo Veglia, del Programa de Inmunología, Microambiente y Metástasis del Instituto Wistar. Foto: WISTAR.

















