
Un fármaco basado en el péptido similar al glucagón-1 (GLP-1), liraglutida, el más 'anciano' de esta clase farmacológica, parece retardar el deterioro cognitivo gracias a su acción protectora sobre el cerebro cuando está afectado de Alzheimer en fase leve, según los datos de un ensayo clínico de fase 2b que se ha presentado en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer 2024 (AAIC por sus siglas en inglés) celebrada en Filadelfia, Estados Unidos.
El ensayo ha sido llevado a cabo por investigadores del Imperial College de Londres, Reino Unido, quienes monitorizaron a más de 200 pacientes del Reino Unido con Alzheimer de leve a moderado.
Los agonistas del receptor GLP-1 han demostrado su utilidad para ayudar a las personas a controlar la diabetes, perder peso y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, así como de ACV y enfermedades renales. Diversas investigaciones sobre enfermedad de Alzheimer en modelos animales sugieren que estos fármacos pueden tener efectos neuroprotectores, reducir las formas tempranas de amiloide, normalizar el procesamiento de la glucosa en el cerebro y mejorar la memoria y el aprendizaje. Es probable que liraglutida, de la farmacéutica Novo Nordisk y predecesor de Ozempic y Wegovy, actúe a través de múltiples mecanismos en el cerebro.
Este grupo terapéutico irrumpió primero en el tratamiento de la diabetes tipo 2, está revolucionando el abordaje de la obesidad y comienza a sumar evidencias en otras indicaciones cardiometabólicas, como la prevención cardiovascular, la enfermedad renal y el hígado graso. Menos evidencias existen para enfermedad neurodegenerativa, pero este estudio ha empezado a 'abrir puertas' a las sugerencias que ya se venían anticipando sobre las potenciales aplicaciones de esta familia de medicamentos, como la neurología.
El reputado endocrinólogo Daniel Drucker, catedrático de la Universidad de Toronto, y Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2024 por su contribución al descubrimiento y desarrollo de los GLP-1, ya lo apuntaba: "Tras casi dos décadas de uso clínico de los GLP-1 para la diabetes tipo 2, y diez años después de que se aprobara el primero, liraglutida, para la pérdida de peso en personas con obesidad, la próxima década puede traer un progreso aún mayor, con GLP-1 más potentes que amplíen la utilidad de estas terapias más allá de los trastornos cardiometabólicos", señalaba el científico, a pesar de insistir en que son necesarios más estudios para seguir explorando estas posibles nuevas indicaciones.
Retraso en el deterioro cognitivo de un 18%Esta nueva investigación presentada en el AAIC 2024 sugiere que liraglutida podría proteger el cerebro de las personas con enfermedad de Alzheimer en etapa temprana (lo que se asocia a un Alzheimer leve), así como reducir el deterioro cognitivo hasta en un 18% después de un año de tratamiento, en comparación con el placebo, ya que retarda el 'encogimiento' de las partes del cerebro que son vitales para la memoria, el aprendizaje, el lenguaje y la toma de decisiones.
Según María C. Carrillo, directora científica y responsable de asuntos médicos de la Alzheimer's Association, "nos encontramos en una era de promesas sin precedentes, con nuevos tratamientos en diversas fases de desarrollo que retardan o incluso pueden llegar a prevenir el deterioro cognitivo provocado por la enfermedad de Alzheimer. Esta investigación ofrece la esperanza de que en el horizonte existan más opciones para cambiar el curso de la enfermedad".
Además, vuelve a poner en la palestra el interesante tema del reposicionamiento farmacológico, ya que considera que la reutilización de moléculas ya aprobadas para otras enfermedades tiene la ventaja de aportar datos y experiencia de investigaciones y usos prácticos previos. Conocemos mucho más sobre su efectividad en el mundo real en relación con otras enfermedades, así como sus efectos secundarios".
En este sentido, Carrillo ha adelantado que el programa de subvenciones de investigación de Part the Cloud de la Alzheimer's Association ha invertido más de 82 millones de dólares para impulsar más de 68 ensayos clínicos dirigidos a una variedad de compuestos, incluyendo fármacos reutilizados, que abordan aspectos conocidos y potencialmente nuevos de la enfermedad.
El criterio de valoración principal del nuevo ensayo del Imperial College de Londres fue el cambio en la tasa metabólica cerebral de la glucosa en las regiones corticales del cerebro (hipocampo, lóbulo temporal medial y cíngulo posterior), el cual no se cumplió. Sin embargo, los criterios de valoración secundaria del cambio en las evaluaciones de las medidas clínicas y cognitivas y la valoración exploratoria del volumen cerebral mostraron un beneficio estadísticamente significativo.
Para Paul Edison, profesor de Neurociencia del Imperial College de Londres, y uno de los investigadores del estudio, la pérdida más lenta de volumen cerebral sugiere que liraglutida protege el cerebro, de forma muy similar a como las estatinas protegen el corazón".
Así, y aunque reconoce que es necesario llevar a cabo más investigaciones, señala que "liraglutida podría actuar a través de varios mecanismos, como la reducción de la lesión en el cerebro, la disminución de la resistencia a la insulina y de los efectos tóxicos de los biomarcadores beta-amiloide y tau del Alzheimer, y la mejora de la manera en la que las células nerviosas del cerebro se comunican".
50% menos de pérdida de volumen en áreas cerebralesEdison ha explicado que los participantes en el estudio que recibieron liraglutida tuvieron casi un 50% menos de pérdida de volumen en varias áreas del cerebro, incluyendo la materia gris frontal, temporal, parietal y total, de acuerdo con los resultados de las resonancias magnéticas. "Estas áreas son responsables de diversas funciones críticas que suelen verse afectadas por la enfermedad de Alzheimer, como la memoria, el lenguaje y la toma de decisiones”.
Los investigadores también realizaron pruebas cognitivas a los pacientes, antes del tratamiento y a las 24 y 52 semanas. Si bien el estudio no tenía suficiente poder estadístico para evaluar los cambios cognitivos, los investigadores descubrieron que los pacientes que recibieron liraglutida presentaron un deterioro de la función cognitiva un 18% más lento en un año en comparación con los que recibieron el placebo.
La función cognitiva se calculó como una puntuación compuesta de 18 pruebas diferentes de memoria, comprensión, lenguaje y orientación espacial (puntuación z ADAS EXEC). Entre los participantes del estudio que completaron 52 semanas de tratamiento (tratamiento n=79, placebo n=87), los que tomaron el fármaco experimentaron una desaceleración estadísticamente significativa del deterioro cognitivo (p
Problemas gastrointestinales, como las náuseas, han sido los efectos secundarios más comunes y representaron el 25,5% del total de eventos adversos en el grupo de liraglutida. Se han observado 25 efectos secundarios graves en 18 participantes (el 17,6%) del grupo placebo y en siete participantes (el 6,9%) del grupo de tratamiento. "Se considera poco probable que la mayoría de los efectos secundarios graves estuvieran relacionados con el tratamiento administrado del estudio”, dice Edison.
Expertos sitúan a liraglutida como medicamento de elección en el tratamiento de la obesidad, Describen una posible vía de transmisión de la enfermedad de Alzheimer, Hallazgos que 'hacen temblar' algunos dogmas del Alzheimer El neurocientífico también ha señalado que los ensayos clínicos en fase avanzada de los análogos del GLP-1, de los cuales varios están en curso, "ofre Reduce la retracción de las partes del cerebro que controlan la memoria, el aprendizaje, el lenguaje y la toma de decisiones en casi un 50% en comparación con el placebo. Off Raquel Serrano Farmacología Industria Farmacéutica Investigación Investigación Off





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