Jefe del Departamento de MicrobiologÃa del Hospital ClÃnic de Barcelona, Jordi Vila es, desde la pasada semana, el nuevo presidente de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas y MicrobiologÃa ClÃnica (Seimc), una sociedad cientÃfica dual formada por especialistas oficialmente reconocidos (los microbiólogos) y expertos en InfectologÃa que llevan años reclamando en vano una especialidad. Vila, microbiólogo, sucede en el cargo a un infectólogo [José Miguel Cisneros], en una alternancia que evidencia la sintonÃa entre dos áreas “que, por separado, no podrÃan avanzarâ€
PREGUNTA. ¿Cómo se lleva presidir una sociedad cientÃfica bicéfala? ¿Qué opinan los infectólogos de que sea un microbiólogo quien dirija la Seimc hasta 2021?
RESPUESTA. Bien, bien… es una norma interna de la sociedad cientÃfica que cada dos años la presida alternamente un representante de cada área. De hecho, la dualidad es relativa, porque somos dos áreas cien por cien complementarias, de forma que una sin la otra no podrÃa avanzar: una desarrolla los aspectos clÃnicos y otra el de laboratorio y diagnóstico microbiológico. Es verdad que aún hay autonomÃas, como AndalucÃa, que tienen dos sociedades separadas, pero la tendencia natural es que acaben uniéndose.
P. Habiendo sido vicepresidente de la Seimc desde 2017, ¿entiendo que su mandato estará regido por una cierta continuidad en los proyectos?
R. Sin duda. La idea es consolidar los objetivos previos, pero también impulsar algunos nuevos, fundamentalmente tres: potenciar los grupos de estudio e investigación que la Seimc tiene en varias áreas temáticas; formar muy, muy bien a las nuevas generaciones, porque hay un importante grupo de infectólogos y microbiólogos que están ya entre los 50 y los 63 ó 64 años y necesitamos un recambio generacional urgente, y el tercer pilar, que en absoluto es baladÃ, es aumentar la visibilidad y el peso de la Seimc entre la población en general.
P. Ese objetivo declarado de mejorar la formación de las nuevas generaciones choca con un handicap evidente: la ausencia de la especialidad de Infecciosas. ¿En qué punto está la reivindicación de la Seimc?
R. Francamente, en un impasse. En teorÃa, el Ministerio de Sanidad quiere sacar un decreto con los requisitos que deberÃa tener un área que quiera optar a ser especialidad, y estamos a la espera de esa norma. Además del evidente agravio comparativo con otros paÃses europeos, la evolución de las enfermedades infecciosas, la resistencia a los antibióticos, la infecciones emergentes… hacen imperiosa y urgente la necesidad de la especialidad.
“Siendo un área sin especialidad, la producción cientÃfica de Infecciosas es brutal y de una excelencia internacional”
P. Es muy paradójico que el actual presidente de la Sociedad Europea de Infecciosas sea un español [Jesús RodrÃguez Baño], en teorÃa un infectólogo sin tÃtulo.
R. Es una paradoja inexplicable, igual que el hecho de que España, Luxemburgo y Malta sean los únicos paÃses europeos sin una especialidad en Enfermedades Infecciosas. E igual que lo es el hecho de que España figure en el quinto puesto del ranking mundial de investigación en Infecciosas; es decir, que, siendo un área sin especialidad, su producción cientÃfica e investigadora es brutal y de una excelencia reconocida internacionalmente.
P. ¿A qué se debe, entonces, la furibunda resistencia de algunas sociedades a la aprobación de la especialidad, y pienso sobre todo en Medicina Interna?
R. Las enfermedades infecciosas han sido y son parte de la Medicina Interna, y creo que no perder algo que consideras que tienes en propiedad es una reacción muy inherente al ser humano. Pero lo que pretende la Seimc es que Infecciosas se ocupe, como es lógico, de las infecciones graves, sin querer quitar a nadie parcelas de su asistencia.
P. ¿El hecho de que existan unidades y servicios de Infecciosas en hospitales de todas las autonomÃas no evidencia de por sà la necesidad de la especialidad?
R. Claro, sin duda. De hecho, en el ClÃnic de Barcelona existe un servicio reconocido de Enfermedades Infecciosas y las plazas de infectólogos que salen lo hacen catalogadas como tales y vinculadas a ese servicio; lo mismo pasa en Sevilla, por ejemplo, y el Hospital Marqués de Valdecilla, en Santander, acaba de reconocer una jefatura de servicio en Infecciosas. Son sólo algunos ejemplos de lo que está pasando en muchos sitios.
“SerÃa interesante replicar en otros paÃses el registro español de pacientes con infecciones con BMR para tener un mapa europeo”
P. Desde el punto de vista organizativo, ¿existe en los hospitales del SNS el mismo grado de simbiosis entre Infecciosas y MicrobiologÃa que auspicia la Seimc?
R. No hay un consenso, una regla general, y al final todo depende de cada hospital. Vuelvo a ejemplificarlo con mi hospital: en el ClÃnic, hay un infectólogo de guardia 24 horas al dÃa, y el laboratorio de MicrobiologÃa ClÃnica, que es el que yo dirijo, también está abierto 24 horas al dÃa, 7 dÃas a la semana, y éste es un punto esencial que los microbiólogos queremos para todos los hospitales. Esta disponibilidad implica la posibilidad de ofrecer un diagnóstico rápido, en minutos u horas, de forma que el infectólogo de guardia puede prescribir un tratamiento antibiótico también de forma rápida. La sepsis, las infecciones graves, no tienen horario y el diagnóstico rápido es fundamental, máxime en un contexto de crecimiento de la resistencia a los antibióticos.
P. ¿Qué impacto clÃnico tiene la ausencia de esa atención continuada que demanda?
R. Pues mire, uno de los principales problemas que tenemos para concienciar a las administraciones de la importancia de esta atención permanente es, precisamente, la ausencia de estudios de impacto clÃnico y, por qué no, económico. De hecho, la Seimc tiene previsto llevarlos a cabo. Si algo tienen las efermedades infecciosas es su constante evolución y su impredicibilidad: quién nos hubiera dicho hace 10 años que tendrÃamos el zika en España. En definitiva, que en 2019 siga sin haber una especialidad de Enfermedades Infecciosas en España es incomprensible.
P. En 2019, 221.958 pacientes sufrirán una infección con bacterÃas multirresistentes (BMR) y, de ellos, 26.271 morirán en los 30 dÃas siguientes al diagnóstico. ¿Es consciente la Administración de la magnitud del problema?
R. Creo que cada vez más. De hecho, esos datos son del segundo registro nacional de pacientes con infecciones con BMR y son muy similares a los del primer registro. Ahora bien, hay que matizar que es muy difÃcil atribuir esa mortalidad a los 30 dÃas a la bacteria o a la enfermedad de base que el paciente ya tenÃa. En cualquier caso, los datos son espectaculares, y lo interesante serÃa poder replicar el registro español en otros paÃses europeos, porque darÃa a esos datos mucha más relevancia y nos permitirÃa elaborar un mapa europeo. Ahà es muy importante el apoyo de RodrÃguez Baño, del que antes hablábamos, como presidente de la sociedad europea.
“Los paÃses europeos con niveles más bajos de consumo de antibióticos han basado su éxito en mejoras concretas en AP”
P. Si los datos no mejoran, ¿eso no habla muy del Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos que el Ministerio de Sanidad puso en marcha en 2014?
R. Bueno, aquà la perspectiva tiene que ser más global, y si analizamos las estrategias y acciones que se han llevado a cabo para intentar reducir, por ejemplo, el consumo de antibióticos, han tenido cierto éxito. El problema es que partÃamos de un nivel elevadÃsimo de consumo y, pese a que se ha bajado significativamente en los últimos años, seguimos por encima de la media de los paÃses europeos y, por tanto, se necesita un sobresfuerzo.
P. ¿Hay alguna razón epidemiológica que justifique el puesto de dudoso honor mundial que España ocupa reiteradamente en consumo de antibióticos?
R. Hay muchos factores. En el caso de la veterinaria, por ejemplo, pese a que existe una ley que prohÃbe el uso de antibióticos para engorde animal, lo cierto es que no todos la cumplen. Ahora bien, con ser esto muy importante, me parece mucho más significativo lo que pasa en primaria:la presión asistencial del médico y el escaso tiempo que puede dedicar a cada paciente, dificulta la precisión del diagnóstico y le impide realizar campañas educativas sobre los peligros del abuso de los antibióticos. Hablando con colegas escandinavos, suecos o noruegos, donde los niveles de consumo son muy bajos, mencionan siempre tres factores clave: mayor tiempo de dedicación al paciente, un diagnóstico rápido y preciso y la receta diferida, de forma que el médico puede recetar un antibiótico, pero su consumo sólo se hace efectivo a las 24 ó 48 horas del diagnóstico, y si los sÃntomas persisten.
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