Xie manifiesta que lo que ha vivido estos últimos días ha sido un terrible déjà vu. Este empresario treintañero, más que miedo a la enfermedad vírica que ha estado merodeando por su barrio, lo que ha sentido es pánico por los ecos que la acompañaban: militares desinfectando las calles, cuarentenas en hospitales, funcionarios entrando a la fuerza en apartamentos para fumigar y coger muestras de sangre, altavoces por todos lados repitiendo en bucle alarmantes mensajes...
"Hace cinco años vinieron a mi casa dos vecinos que trabajan como voluntarios en el comité del barrio para entregarme mascarillas. A principios de agosto, llamaron a mi puerta los mismos dos vecinos para repartirme mosquiteras", explica Xie desde su barrio a las afueras de Foshan, uno de los grandes centros de fabricación del sur de China, que lleva todo el verano en jaque por unos mosquitos que están transmitiendo una dolorosa enfermedad viral que ya ha infectado a alrededor de 8.000 personas en el país asiático.
Chikungunya es como se conoce a la enfermedad causada por un virus del mismo nombre. Para combatirlo, los funcionarios chinos han recurrido al viejo manual que orientó durante la pandemia la temida política nacional conocida como "Covid cero". Por momentos, como apunta Xie, algunos flashes de aquellas medidas extremas reaparecieron en un país que todavía arrastra muchos traumas de los tres años que más de 1.400 millones de personas pasaron bajo el yugo de unas restricciones que se alargaron demasiado.
"Funcionarios fumigando calles, entrando a la fuerza en casas para recoger muestras, cuarentenas... La gran mayoría hemos seguido llevando una vida normal, pero ha habido momentos que han sido como revivir una pesadilla con las alertas que nos llegaban por todos lados", comenta Yang, otra vecina de Foshan.
Drones y 'mosquitos gigantes'Las autoridades de esta ciudad desplegaron la semana pasada drones para identificar con mayor precisión desde el aire dónde se encontraban los criaderos de los mosquitos infectados. "Estos drones han tomado fotografías aéreas panorámicas en más de 170 sitios que han proporcionado imágenes de alta resolución que guían con precisión a los equipos de saneamiento", señalaron los funcionarios locales.
Los científicos también se movilizaron para soltar mosquitos elefantes gigantes, una especie cuyas larvas se alimentan de los portadores del virus, mientras que en los estanques de esta ciudad con más de nueve millones y medio de habitantes se liberaron más de 5.000 peces devoradores de insectos.