La estrecha relación entre las humanidades y las ciencias brilló el pasado 7 de julio de 2025 durante la XIX Jornada MEDES «El español y la ciencia multilingüe». En este encuentro, que organiza la Fundación Lilly cada año en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid en San Lorenzo de El Escorial, se puso de relieve el papel del multilingüismo digital como canal para llevar la ciencia a la sociedad y difundir el conocimiento.
La Jornada se inauguró con las intervenciones de LucÃa de Juan Ferré, vicerrectora de Investigación y Transferencia de la Universidad Complutense de Madrid, José Luis GarcÃa Delgado, director del Observatorio Nebrija del Español (ONE), y José Antonio Sacristán, director de la Fundación Lilly. A continuación, los codirectores de esta XIX Jornada MEDES, José Luis GarcÃa Delgado y Elea Giménez Toledo, investigadora cientÃfica del CSIC y coordinadora del proyecto TeresIA (TerminologÃa e Inteligencia Artificial), fueron los encargados de presentar el excelente programa.
GarcÃa Delgado, en su intervención, pone de manifiesto la importancia del multilingüismo «como vÃa, un medio, un instrumento de acercar el conocimiento cientÃfico a la sociedad. […] Con este acercamiento se ganará en difusión, en ampliar el radio de acción del conocimiento cientÃfico». El director del ONE menciona que, desde las instituciones, se puede contribuir a ello mediante la pedagogÃa social, es decir, «transmitir la bondad de que la investigación cientÃfica esté bien reconocida […] tanto en recursos materiales como en términos de aprecio social». Giménez Toledo, por su parte, destaca que el inglés, obviamente, es la lengua franca que permite la comunicación dentro de la comunidad cientÃfica y la circulación del conocimiento, y que cuenta con unos usos que son indiscutibles, «pero no es la única lengua que tiene usos indiscutibles». Como bien señala, todas las lenguas desempeñan un papel fundamental en la divulgación de la ciencia, en la creación de cultura cientÃfica, en la educación cientÃfica, en la formación de investigadores y, por supuesto, en la transferencia del conocimiento cientÃfico a sectores no académicos. Por lo tanto, «descuidar las lenguas en la ciencia implica descuidar todas estas funciones».
Con esta visión, se dio paso a tres interesantes mesas redondas en las que se expusieron principalmente estas cuestiones clave: la terminologÃa, la traducción, la interpretación y el papel creciente de la tecnologÃa y la inteligencia artificial (IA) en la producción y circulación multilingüe de la ciencia en contextos cientÃficos.
En la primera sesión, titulada «PolÃticas lingüÃsticas de ciencia» y moderada por Elea Giménez Toledo, los ponentes Guillermo Escribano, Juan Ignacio Pérez Iglesias, José Antonio Alonso y Ãngel Badillo exponen y analizan el papel que desempeña el idioma en la comunicación de la ciencia desde el punto de vista de las polÃticas públicas y las instituciones.
Escribano habla de «diplomacia lingüÃstica» e indica que lo que procuran es generar polÃticas de coordinación con el fin de optimizar la posición española en el terreno internacional y de «cohesión con el mundo hispanohablante». Por su parte, Pérez Iglesias expuso una perspectiva basada en la historia del fomento del euskera, en instituciones como la universidad, y destaca el «trabajo de planificación». Badillo manifiesta que como centro de pensamiento «su obligación es formular las preguntas adecuadas», aunque no siempre sepan responderlas. «¿Qué efecto tiene para una lengua no estar en un territorio de legitimación tan extraordinario como el territorio de la ciencia?» o «¿Qué le pasa al español si dentro de cincuenta años no hay ciencia en español?» fueron algunas de las reflexiones compartidas por Badillo. En último lugar, Alonso defiende el plurilingüismo y rechaza la «entelequia de una lengua global» en la ciencia, ya que, en su opinión, «la lengua es un componente básico de identidad colectiva».
A lo largo del debate, también se analizó el papel de la IA generativa, los modelos de lenguaje y la traducción en el fomento de la diversidad lingüÃstica en la ciencia. Como bien apunta Elea Giménez Toledo, «el multilingüismo es una riqueza que hay que defender», puesto que, en palabras de Ãngel Badillo, «la Torre de Babel no es un castigo divino, sino un regalo divino, un tesoro que no podemos permitir perder».
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Elisa Manzanal Merino es traductora y supervisora de traducción en los Laboratorios Normon.
Continúa en «XIX Jornada MEDES 2025: La ciencia multilingüe como puente entre la investigación y la sociedad (II)».
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